Pese al intento de frustrar la sesión donde se debatiría el recurso de reconsideración de la suspensión del alcalde Arturo Fernández. 13 regidores ratificaron su suspensión en medio de agresiones y caos en el palacio municipal.
A pesar de un intento de frustrar la sesión de Concejo Provincial en la que se debatiría el recurso de reconsideración de la suspensión del alcalde Arturo Fernández tras ser sentenciado por el delito de difamación en agravio de una suboficial de la policía, esta se realizó con la presencia de 13 regidores.
En el palacio municipal, los concejales fueron impedidos de ingresar, sin embargo, a la fuerza lograron entrar al Salón Consistorial. El regidor Mario Reyna hizo el llamado en tres oportunidades del alcalde y su abogado para sustentar su pedido de reconsideración sin obtener resultado. Minutos antes, el alcalde emitió un comunicado indicando que la sesión quedaba suspendida.
En respuesta, se permitió el ingreso de personas que protestaban en los exteriores, generando caos, desorden y agresiones.
Ante los disturbios, los concejales se reunieron en otro ambiente y por unanimidad ratificaron la suspensión del burgomaestre, lo que generó la reacción violenta de sus seguidores.
Los ánimos se exacerbaron y el palacio municipal se convirtió literalmente en un ring de boxeo donde imperó el caos.