Desde la Basílica de San Pablo, el Papa rememoró el "día de la institución del sacerdocio" y dijo que no quiere ver a "esos que huelen a perfume caro".
El papa celebró hoy en el Vaticano la misa de Jueves Santo.
El papa Francisco celebró hoy en el Vaticano la misa de Jueves Santo y recordó a los sacerdotes que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, aburridos", durante la homilía de la misa Crismal en la basílica de San Pedro.
La misa de hoy también rememora "el día de la institución del sacerdocio" y por ello la homilía del Papa, como en anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los consejos para los sacerdotes y a la "belleza" del cansancio por dedicarse a los fieles.
El papa Bergoglio explicó cómo todo este servicio y cercanía a la gente cansa, pero, señaló, "es cansancio del bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría".
"El pueblo fiel no nos deja sin tarea directa, salvo que uno se esconda en una oficina o ande por la ciudad en un auto con vidrios polarizados", aseveró.
Pero a pesar de esta fatiga, el Papa indicó a los sacerdotes que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos". Y reiteró la necesidad de pastores "con olor a oveja" y "sonrisa de padre". "Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran de lejos y desde arriba", agregó.
La celebración del Jueves Santo continuará esta tarde, cuando el papa, como es tradición de cuando era arzobispo de Buenos Aires, saldrá del Vaticano para efectuar una misa en la cárcel romana de Rebbibia, donde lavara los pies a doce presos.(la industria)