lunes, 30 de mayo de 2011

ENTRE EL CAMBIO Y EL CONTINUISMO




Por: Dionicio Mantilla León

Nunca como ahora la población peruana se ha visto polarizada e inmersa en un gran dilema. A medida que se va acercando la fecha para las elecciones presidenciales se van definiendo 2 corrientes muy marcadas de acuerdo a la ideología que la caracterizan y las propuestas que enarbolan los candidatos. Por un lado, Ollanta Humala, de “Gana Perú” y, por el otro, Keiko Fujimori, de “Fuerza 2011”. El primero, proponiendo el rechazo al modelo económico neoliberal y por ende un cambio al “modus vivendi” actual y el segundo, la continuidad del mismo. Dos posiciones antagónicas entre las que cerca de 20 millones de electores habremos de escoger el 5 de Junio.
Frente a una realidad socio económica contradictoria en donde nos regocijamos por el boyante crecimiento económico que vive el país, pero nos entristecemos porque esta estigmatizada por la desigualdad e injusticia en la distribución de dicho crecimiento, ambos candidatos se han presentado ante el electorado con sendos planes de gobierno. Humala, con un Plan de Gobierno Integral de 146 páginas que incluye el diagnóstico de cada sector de la vida nacional así como las respectivas propuestas de solución. Un plan que fuera sintetizado con el documento “Compromiso con el Perú”, manteniendo los ejes centrales ideológicos de redistribución de la riqueza y de defensa de los recursos y sectores estratégicos nacionales. Documento el cual fuera enriquecido, últimamente, con los aportes recogidos de diversas organizaciones sociales, dando como resultado otro documento denominado “Hoja de Ruta”.
Por otro lado, Fujimori, presentando un Plan de Gobierno incompleto y con serias omisiones tal como fuera señalado por uno de sus mentores, (Diario EL COMERCIO) y una de sus asesoras, Milagros Maraví, entre ellas: Derechos Humanos, corrupción, Fuerzas Armadas y Policiales, narcotráfico y programas sociales. Cuyas carencias fueran cubiertas en el camino y según el escenario visitado y, más aún, plagiando las propuestas de “Gana Perú” como el caso del impuesto a las sobre ganancias mineras, desayuno y almuerzo escolar, etc. Planes que deben ser debidamente garantizados en su ejecución por el respectivo plantel de técnicos y en el que “Gana Perú” se ha esmerado en seleccionar exhibiendo aparte de los propios que encabezan el economista Félix Jiménez, el Dr. Nicolás Linch, la Dra. Gloria Helfer, el Dr. Edmundo Murrugarra, el Dr. Javier Iguíñez entre otros, también a ex funcionarios de indiscutible solvencia profesional y honestidad que trabajaran con Alejandro Toledo, como Kurt Burneo, Oscar Dancourt, etc.
Mientras que Keiko Fujimori se hace acompañar del mismo entorno de funcionarios corruptos que gobernaron con su padre creando el más negro y corrupto período gubernativo cuyo recuerdo provoca el espanto de la población. Entre ellas, las matanzas de Barrios Altos, la Cantuta, el Santa; la destrucción de los gremios, la esterilización de 300,000 mujeres campesinas, recorte de beneficios laborales y la expulsión de miles de trabajadores públicos, la compra de congresistas tránsfugas, narcotráfico en avión presidencial, tráfico de ropa y alimentos de las donaciones japonesas, privatización de empresas públicas, encierro y tortura de Susana Higuchi, robo de millones en la compra sobrevaluada de 32 aviones MIG 29, robo de donaciones pecuniarias, creación de las SERVICES, compra de medios de comunicación, robo de más de 6,000´millones de soles producto de la venta de las empresas públicas, entrega de 15 millones de soles a Montesinos, pago de los estudios de los hijos del dictador con dinero del Estado por un monto de 1,500 millones de soles, entre otras perlas. Un paquete de condenables acciones del dictador Fujimori y Montesinos, pero que para Keiko significa “el mejor gobierno de la historia del Perú republicano”, que ella admira y habrá de seguir, configurando así un tercer período del fujimorismo.
El presente gobierno si bien nos deja un panorama de bonanza económica, también nos deja un elevado índice de corrupción e inseguridad delincuencial, una injusta distribución de la riqueza y un país entregado a la voracidad de inversionistas extranjeros principalmente chilenos. Exasperante realidad frente a la cual se plantean 2 opciones, siendo perentorio que escojamos una que nos garantice que no encubrirá los actos de corrupción, que desarrollará un plan de gobierno que acabe con la pobreza y extrema pobreza y defienda nuestros recursos naturales, todo en un ambiente de paz y vigencia irrestricta de los derechos humanos.