miércoles, 2 de febrero de 2022

Un país sin rumbo

 

Por: Dionicio Mantilla León

Nunca como ahora el Perú se ha encontrado sumido en un escenario de incertidumbre y estupefacción de alcances mayúsculos. Los 33 millones de peruanos vivimos de sorpresa en sorpresa en medio de un gran ambiente de tensión, pero no sólo por las graves crisis que nos agobian desde hace algunos años, como la pandemia del Covid 19, la inseguridad ciudadana, recesión económica o la corrupción, sino por la sensación de orfandad y la falta de un liderazgo, de un timonel idóneo, que nos conduzca por una vía segura, promisoria que haga posible no sólo la solución de los graves problemas que hoy nos afligen sino de alguien que se haga merecedor de sentirnos orgullosos y honrados de tenerlo como nuestro capitán.

              Lamentablemente este deseado anhelo no se viene dando. Más bien, es todo lo contrario pues contamos con un ciudadano que no da la talla como Presidente de la República, ese es: Pedro Castillo Terrones. Un personaje aupado como primer mandatario del país por azar político, por una casualidad, propiciado por las ansias de  la ciudadanía de tener un cambio positivo y por el anti fujimorismo reinante que amenazaba instaurar una dinastía corrupta planificada para durar 20 años con las consecuencias que esto significaría para la Patria..

              Un personaje cuyo único “currículum vitae” exhibido para postular al magno cargo de Primer Mandatario es el de ser profesor rural, agricultor y sindicalista magisterial pues eso de ser “rondero campesino” del que tanto se ufana ha sido una falsedad puesto al descubierto por el Propio Presidente de la Central de Rondas Campesinas del Perú. Con esos pergaminos insustanciales y otros no mostrados hasta ese entonces, como: su falta de sentido común, incapacidad, ignorancia de conceptos básicos de la historia y cultura nacional; así como su falta de experiencia en gestión pública, carencia de visión de país, desconocimiento de los contenidos básicos de la Constitución Política y carencia absoluta de liderazgo dio inicio a su mandato el 28 de julio del año pasado, esto es, hace 6 meses.  

              Cada vez que Pedro Castillo habla incurre en torpeza y propicia aún más el temor del empresariado privado, algo más, siempre se ha ufanado de algo increíble en un mandatario revelando sus vergonzosas limitaciones: “no leo los periódicos y no veo, no oigo los noticieros” negándose a contactar con la prensa pero cuando, hace poco se ha atrevido a hacerlo con tres periodistas, ha mostrado sus sorprendentes flaquezas poniendo al descubierto sus pensamientos e intenciones peligrosas propias de su precariedad gubernamental las mismas que constituyen un grave riesgo para el futuro del país.

             Lanzar barbaridades y absurdos como que: ”Yo no fui preparado para ser Presidente y estoy en un proceso de aprendizaje”, demuestra su reconocimiento de incapacidad gubernativa, entonces ¿Para qué aceptó la postulación? La Presidencia es la meta máxima para un servidor de la Patria y se tiene que asumir debidamente preparado, luego de un período de servicio público previo en otras instancias gubernativas, no para recién ensayar, y comenzar a aprender, porqué están en juego las expectativas y necesidades urgentes de 33 millones de peruanos que no somos “cuyes de ensayo”. Otra declaración:; ”La salida al mar es un clamor de Bolivia. Haremos lo que los pueblos claman. Lo dije como candidato y hoy, como Presidente, lo consultaré al pueblo. ¿Por qué poner una barrera?”. Esto no sólo es ignorancia sino TRAICIÓN A LA PATRIA y los peruanos lo rechazamos rotundamente. ¿Quién es él para regalar un centímetro siquiera de nuestro territorio? Además de que, el problema limítrofe de Bolivia es con Chile no con el Perú. Basta con estas dos barbaridades dichas por este señor para desnudar su incapacidad para dirigir los destinos de la nación, aparte de los numerosos errores y desaciertos cometidos en estos 6 meses des desgobierno.

              Ahora bien, si en el cargo de Presidente se considera como alumno, luego de un semestre (6 meses) y de acuerdo a todas las encuestas, ya está desaprobado (“jalado”) con 07 puntos de calificativo, por lo tanto debe reprobar, esto es, renunciar al cargo. Su permanencia en él, constituye un riesgo para el país. Todas las acciones de su mandato salvo las de Salud a cargo del Ministro Hernando Zevallos, (Que no es de su partido, Perú Libre, sino del Frente Amplio)  ostentan señales de incapacidad.    

              Las entrevistas con 3 periodistas han permitido convencernos de la incompetencia de Pedro Castillo para ocupar el sillón presidencial. Un cargo para el que llegó postulando por “Perú Libre” un partido marxista, leninista, mariateguista, pensamiento Cerrón” que sólo presentó un Ideario y no un Plan de Gobierno y presentando una plancha presidencial incompleta y, lo que es peor, conteniendo postulados antidemocráticos, infracciones a la ley electoral que el JNE, lamentablemente, dejó pasar.

             Nos faltan aun 9 semestres para que se acabe el mandato presidencial de Pedro Castillo y su renuencia a un cambio positivo en su manera de gobernar resulta preocupante para el devenir futuro de nuestro país.