Influencias que tenían en el Área de Personal de la 3.ª Dirección Territorial les permitió que no sean rotados a prestar servicios a comisarías de la sierra de La Libertad.
Los ocho policías, entre ellos un teniente y una mujer, de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Trujillo, detenidos por actos de corrupción, actuaban como una verdadera organización delictiva y nada lo dejaban al azar. Todo lo tenían planificado y actuaban con la anuencia de altos oficiales, de acuerdo a las primeras investigaciones.
Durante las pesquisas desplegadas por el Ministerio Público, se “pinchó” los números de celulares de cada uno de los detenidos y se determinó que estos tenían “padrinos” dentro del Área de Recursos Humanos de la Tercera Dirección Territorial Policial de La Libertad para que los mantengan prestando servicios en unidades operativas policiales de Trujillo, a pesar de la serie de denuncias que había en su contra. Las “influencias” que tenían les permitían, por ejemplo, continuar en la ciudad y no ser designados a prestar servicios a una comisaría de la sierra de La Libertad.(LA INDUSTRIA)