Por: Dionicio Mantilla León
Pese a los anuncios apocalípticos y las bravatas golpistas de adeptos de Fuerza Popular y de algunos elementos de la derecha admiradores de la dictadura Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori, el pueblo peruano ya se pronunció y al 100% de actas contabilizadas, la desestimación del 100 % de recursos de nulidad, y la evaluación de 142 recursos de apelación tenemos ya un ganador de la contienda electoral: el Profesor Pedro Castillo Terrones, siendo el siguiente paso proceder a su proclamación como el nuevo Presidente de la República.
De esta manera, terminará una
penosa y escabrosa jornada democrática que ha mantenido en la incertidumbre a
la ciudadanía desde el 6 de junio y que la ha polarizado en dos bandos
irreconciliables: la izquierda y la derecha. Uno postulando el cambio del
actual estado de cosas y, la otra, la continuación del mismo. Uno representando
el sentir de un grueso sector de la población peruana que mora en el área rural
y los sectores más apartados del Perú Profundo y que desde hace décadas reclaman
impotentes por una mejor calidad de vida y, otro, que habita en las ciudades de
la costa gozando del confort que da la modernidad.
Nunca como ahora la
población peruana asiste así a un escenario convulso y de gran tensión
producidos por varias causales de temor de las grandes compañías
transnacionales a que se les recorte sus jugosas utilidades, de algunos sectores de la derecha y de
políticos corruptos de perder sus ilegales privilegios y, sobre todo, de Keiko
Fujimori de pasar 30 años y 10 meses en prisión acusada de graves actos de corrupción por la Fiscalía.
Esa es la verdad de todo
este andamiaje político acusando por esto a Perú Libre de la comisión de un
supuesto fraude para lo cual presentan ante el JNE recursos de eliminación de
actas la mayor parte de ellas de manera extemporánea y sin elementos
probatorios; pidiendo la realización de una auditoria informática de las actas
basando su pedido sólo en informaciones aparecidas en las redes sociales;
asimismo, pidiendo pruebas del control de calidad del trabajo de la ONPE, así
como copia del registro de nacimientos de los electores de la REINIEC; pretendiendo
el partido de Keiko Fujimori erigirse así en una institución suprema nacional
de fiscalización del sistema electoral nacional yéndose flagrantemente contra
la autonomía de este sistema que es reconocida por la Constitución Política en
vigencia que tanto pregonan defender.
Ya la ONPE, a través de
los JEE, ha concluido su labor no hallando validez al reclamo de Fuerza Popular
de eliminar las actas que no le favorecen y dentro de poco el JNE concluirá su
labor y como quiera que se avizora el triunfo y la consecuente proclamación del
nuevo Presidente de la República vienen recrudeciendo las acciones violentistas
trayendo a la memoria los negros momentos de la dictadura fujimorista con
anuncios soterrados de golpe de Estado de parte de ex oficiales de nuestras
gloriosas Fuerzas Armadas las que constitucionalmente no son deliberantes y no
se les permite inmiscuirse en temas políticos. Surgiendo, también, la
antidemocrática voz de Javier Villa Stein pidiendo la anulación del proceso
electoral con el claro objetivo de propiciar la anarquía en el país..
Junto a estas intentonas
reprobables han surgido grupos violentos integrados por gente equivocada que
considera a quienes votaron por Pedro Castillo de manera despectiva, racista,
discriminatoria por ser, en su mayoría, del área rural, pobres, y siempre
marginados en la hora de distribuir la gran torta de la riqueza nacional que es
propiedad de todos los peruanos. Gente equivocada que asume actitudes y poses
del nacismo alemán que creen estar luchando contra los judíos a quienes
consideraban como pertenecientes a una raza inferior. Apareciendo, también,
otros grupos que vienen amenazando con carteles a través de las redes sociales y
por las calles a las autoridades de la ONPE, JNE, fiscal, José Domingo Pérez,
el ex Premier Salvador del Solar, el jurista, Diego García Sayán; así como
a artistas, políticos y personalidades
progresistas de reconocida lucha contra la corrupción con la frase “Chapa tu
caviar” como invitando a la respectiva respuesta: “Chapa tu corrupto (a)”.
Este proceso debe
acabar en el plazo señalado por la ley y no como se pretende absurda,
antidemocrática y anticonstitucionalmente anular las elecciones presidenciales con
el objetivo de que el nuevo Presidente del Congreso convoque a nuevas
elecciones hasta que salga elegida la heredera de Alberto Fujimori, tal como es
la pretensión de los partidos políticos derechistas que hoy lo apoyan.