martes, 22 de diciembre de 2020

¿Torre Tagle: prócer o traidor?

 

Por: Dionicio Mantilla León

Los hombres y mujeres que con su vida y obra han construido la historia de Trujillo se ha escrito poco. De ellos, algunos historiadores han tomado la verdad como sustento de sus relatos y, otros, sólo las conjeturas y los rumores. Los primeros, para colocarlos en el altar del reconocimiento y la gratitud y, los segundos, para ubicarlos en el hoyo de la duda y hasta de la condena. Sin embargo, existe un personaje en el que convergen las dos situaciones. Su nombre: José Bernardo de  Tagle  y Portocarrero, comúnmente conocido como el Marqués de Torre Tagle.

         Nacido en Lima, el 21 de marzo de 1779, en el seno de una familia de la nobleza hispana de la cual heredó el titulo de Marqués estudió en el Convictorio de San Carlos y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; se inclinó por la carrera militar y se nutrió del pensamiento liberal de su tío, José Baquíjano y Carrillo y de José de la Riva Agüero. Por sus virtudes personales fue elegido Alcalde de Lima, luego, sería elegido Diputado ante las Cortes de Cádiz en donde desempeñó un destacado rol recibiendo allí la influencia de las corrientes liberales de las Logias que sembraron en él la semilla de la independencia de la Patria.   

         Convencido de su misión retorna al país siendo nombrado por el Virrey Joaquín de la Pezuela como Intendente de Trujillo el 25 de agosto de 1820 dedicándose a sus funciones, pero, también, a promover la corriente independentista entre sus allegados, de tal forma que al ser invitado por San Martín para proclamar la independencia de Trujillo la población ya estaba convencida dedicándose sólo a organizar la juramentación en el Ayuntamiento un 24 de diciembre de 1820 y, luego, la proclamación de la independencia, el 29 de diciembre de ese mismo año. 

       En reconocimiento el pueblo trujillano lo nombra como Presidente del Perú libre. Con esa investidura dispone se ice la primera bandera peruana en toda la ciudad, organiza el primer ejército patriota y captura las guarniciones realistas; asimismo, envía comisionados a las provincias a efectos de que también proclamen su independencia. Enseguida, organiza la erogación de dinero en favor del ejército libertario reuniendo hasta 80,000 pesos. Al establecer San Martín su Protectorado lo nombra como Supremo Delegado como tal declara a Trujillo como “Benemérita y fidelísima a la Patria”

     Al viajar San Martín a Guayaquil a entrevistarse con Bolívar (1822) Torre Tagle fue  encargado del gobierno. Al producirse el arribo del lugarteniente de Bolívar, Antonio José de Sucre, es investido por el Congreso con el Mando Supremo del Gobierno más este lo entrega a Torre Tagle quien, días después, es nombrado como Presidente Constitucional.  Al arribar Bolívar al Perú el Congreso lo nombra como Dictador, otorgándole amplios poderes políticos y militares suspendiendo la autoridad de Torre Tagle como flamante Presidente Constitucional y, por el bien del país, este acepta la decisión, pero no pudo impedir el surgimiento de rumores de su resentimiento y de una futura traición. Al respecto, el historiador José Antonio Lavalle, relata: “Bolívar se previno contra el Presidente Torre Tagle  porque se le atribuyó haber influido con sus amigos para que no se le diese al Libertador facultades de Dictador lo que Bolívar recibió esto con sumo desagrado” esperando la ocasión para el desquite.

        Como parte de ella ordena que Torre Tagle negocie un armisticio con los realistas, el mismo que encarga esta misión a su Ministro Juan de Berindoaga recomendándole: “Sí por desgracia se nieguen a reconocer la independencia yo pido a Ud. que al momento se regrese sin tratar más con ellos”. Empero, la misión fracasó.  Según Nicolás Rebaza, al conocerse que el General español Juan Antonio Monet ocuparía Lima, Bolívar ordena que todas las autoridades patriotas salgan de ella y se dirijan a Pativilca  donde él se encontraba. Una de ellas sería Torre Tagle, pero el General patriota Mariano de Necochea le advierte que Bolívar le había ordenado que lo condujera preso hacia ese lugar con el propósito de fusilarlo Por esta razón se oculta. Al ingresar el General español Monet a la capital dispone que todas las autoridades se presenten ante él y quien ose desacatar la orden “sería juzgado como espía y fusilado”.

         Huyendo de Bolívar Torre Tagle envía una carta al General Monet presentándose como Presidente del Perú pidiendo asilo y proponiéndole una  negociación, pero bajo la premisa “de reconocer la independencia del Perú, caso contrario, se le considere como prisionero de guerra”. El español no acepta la negociación, pero lo recibe como General de Brigada que era. Al respecto Rebaza remarca: “(En este caso)… su procedimiento no tuvo nada de indigno…pues hasta Napoleón pidió asilo a su enemigo, el gobierno inglés”.    

        Luego, la División de Monet se traslada a la fortaleza del Real Felipe llevando a Torre Tagle y su Ministro. Pocos después, su esposa e hijos mueren víctimas del hambre y el escorbuto. Torre Tagle se encontraba muy decepcionado y deprimido por el trato cruel recibido de Bolívar y así entregó su alma a Dios, victima también, del hambre y el escorbuto, el 23 de septiembre de 1825. Sin embargo, la intriga y las calumnias continuaron acusándolo de haber suscrito un manifiesto a favor de los realistas. Calumnias que luego fueron desmentidas por su Ministro Berindoaga durante el juicio a que fue sometido afirmando que dicho documento había sido redactado por dicho Ministro coaccionado por los generales españoles, Monet y García Camba, sin ninguna intervención de Torre Tagle. De esta manera, el gestor de la independencia de Trujillo, del norte peruano y constructor del Perú libre de aquel entonces, murió con el corazón herido por la incomprensión, el egocentrismo y la ambición desmedida de poder político de Simón Bolívar.