Cadena de mando. Los efectivos policiales debían consultar a sus superiores antes de hacer uso del armamento, según el Plan de Operaciones que elaboró la Séptima Región Policial Lima, con los resultados letales que se registraron la noche del 14N.
Esta disposición tuvo un efecto letal especialmente en el llamado Sector 5 por la propia policía, la intersección de las avenidas Nicolás de Piérola (La Colmena) y Abancay, porque en dicha área ese día se incrementó de 100 a 400 hombres la dotación de efectivos, lo que trajo como consecuencia el aumento de hasta 4 veces la capacidad de fuego. Ahora se explica por qué en el Sector 5 cayeron abatidos los estudiantes Inti Sotelo y Bryan Pintado, y más de 50 manifestantes resultaron heridos de consideración (de un total de 66 registrados hasta el momento).
En la página 38 del Plan de Operaciones -documento donde se describe qué unidades policiales participaron en la represión del 14 de noviembre, la cantidad de efectivos que se emplearon, la ubicación de los puntos de emplazamiento en el Centro Histórico y se identifica tanto a los miembros del Comando Operativo como a los oficiales responsables de los 8 sectores en que se dividió el terreno de conflicto-, se encuentra claramente señalado que los policías tenían luz verde para usar su armamento si así lo consideraban.
Sin embargo, el documento subraya que primero necesitaban que el jefe inmediato superior diera el visto bueno. Esta información es clave para determinar a los autores de los disparos que acabaron con la vida de Inti Sotelo y Bryan Pintado, y quiénes fueron los oficiales que dieron la autorización.
“Proceder en casos estrictamente necesarios al empleo racional de los medios del policía (vara de ley, chorros de agua, gases lacrimógenos, agentes químicos y armas de fuego) previa orden del jefe o comando operativo, y después de haber agotado los medios de persuasión, evitando caer en provocaciones por parte de los manifestantes y aplicar las medidas restrictivas en la zona de acción, solo en caso de flagrante delito”, señala el documento.
Como ha acreditado una investigación de La República, en total resultaron heridos 27 policías durante las protestas, en ningún caso por arma de fuego. Los únicos que contaban con lanzadores de bombas lacrimógenas y escopetas perdigoneras eran los efectivos policiales. Por lo tanto, el enfrentamiento fue completamente desigual. El contingente policial contaba con la enorme ventaja de portar armas de fuego, y además, se les dio la libertad de disparar si lo creían conveniente, lo que efectivamente hicieron. ¿Con qué motivo? Desalojar a los manifestantes y silenciar las protesta contra el régimen de facto. Es por esto que el Ministerio Público resolvió abrir investigación al exmandatario de facto Manuel Merino, al ex primer ministro Ántero Flores-Aráoz y al exministro del Interior general PNP (r) Gastón Rodríguez Limo.
La República también reveló la cadena de mano durante los hechos del sábado 14 de noviembre, y con el nuevo documento obtenido, ratifica quiénes fueron los que estaban sobre los efectivos que cumplieron órdenes ese infausto día en que mataron a Inti Sotelo y Jack Pintado.
Línea de fuego
De acuerdo con el Plan de Operaciones de la Séptima Región Policial Lima, el comando general estaba a cargo del jefe de dicha dependencia, el general PNP Jorge Cayas Medina, y del jefe de la Unidad de Servicios Especiales (USE), coronel PNP Carlos Villafuerte Salas, quien actuó como Jefe Operativo. En ese momento, Cayas y Villafuerte dependían directamente del subcomandante general de la PNP, teniente general Jorge Lam Almonte, y este de Gastón Rodríguez, Ántero Flores-Aráoz y Manuel Merino.
Según el documento mencionado, el general Jorge Cayas -quien es el que pone su firma y sello oficial, junto con el jefe de la Oficina de Planeamiento de la Región Policial Lima, coronel PNP Luis Zevallos Saavedra- dispuso como parte del Plan de Operaciones una apreciación de situación. Es decir, un reconocimiento del área de operaciones para detectar los puntos vulnerables y de riesgo, instalando oportunamente los servicios policiales y medios logísticos y en cantidad suficiente para cumplir con cabalidad la misión encomendada por el comando policial.
También tomó en cuenta una apreciación de inteligencia con el objetivo de detectar infiltración de delincuentes comunes y grupos terroristas durante la masiva movilización del sábado 14 de noviembre.
Conforme el Plan de Operaciones, tuvieron participación en los hechos los jefes de las Divisiones Policiales (DIVPOL) del Centro 1 y Centro 2. También fueron convocados los jefes de las DIVPOL Oeste; DIVPOL Sur 1, 2 y 3; DIVPOL Norte 1, 2 y 3; DIVPOL Este 1 y 2; DIVPOL Chosica; DIVPOL Cañete; DIVPOL Huacho; DIVPOL Huaral y DIVPOL Barranca (ver nota aparte).
El Plan de Operaciones además indica que para el 14 de noviembre se definió como zona de acción A, el área comprendida entre la plaza San Martín, la avenida Nicolás de Piérola (La Colmena) hasta el cruce con la avenida Abancay. El documento indica que el responsable era el jefe de la Dirección de Operaciones Especiales (DIROPESP), coronel Percy Tenorio Gamonal.
Como ya se indicó en una anterior publicación de este diario, específicamente la intersección de La Colmena con Abancay -sector 5-, estuvo a cargo del comandante PNP Luis Castañeda Urbina. De esta manera, se completa la cadena de mando del sábado 14 de noviembre: el comandante Castañeda dependía del coronel PNP Carlos Villafuerte, este del exjefe de la Séptima Región Lima, general Jorge Cayas, y este del exsubcomandante general PNP teniente general Jorge Cayas. Siguiendo, el exministro Gastón Rodríguez, el expremier Flores-Aráoz y el expresidente de facto Manuel Merino. Lam, Cayas y Villafuerte no respondieron las llamadas de este diario.
Debe destacarse que el Plan de Operaciones contra las marchas de protesta lo diseñó la Séptima Región Policial Lima durante el régimen de facto de Merino, el jueves 12 de noviembre. Fue una solicitud expresa del Ejecutivo.