" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Lágrimas de humildad y nostalgia

Cristian Cueva (de 4 años de edad) con sus padres en el estadio municipal
                         de Huamachuco el que algún día llevará su nombre. (D.M.L.)

Por: Dionicio Mantilla León

Es la mañana del día 11 de este mes y los ambientes de la Sala Consistorial de la Municipalidad Provincial de Trujillo se ven colmados de ciudadanos que acuden a una ceremonia de reconocimiento y gratitud, con la entrega de las llaves de la ciudad, a un futbolista trujillano_ huamachuquino que, junto con otros compañeros, hizo posible una gran hazaña: la participación de nuestro seleccionado de fútbol en el Campeonato Mundial de Fútbol a llevarse a cabo el próximo año en Rusia.

Un futbolista de raíces socio económicas humildes que por las casualidades que tiene la vida nació en Trujillo, pero que desde temprana edad se forjó como hombre de bien allende los andes de la Libertad, en la histórica ciudad de Huamachuco, a la que ama como si fuera su verdadera cuna. Su nombre: Cristian Cueva Bravo, pero popularmente conocido como “Aladino” por el enorme parecido que tiene con el mágico personaje del compendio universal de cuentos de fantasía del lejano oriente: “Las mil y una noche”.

“Esto es lo más grande que he recibido en mi carrera. Mi gratitud al pueblo de Trujillo por esta condecoración.” dijo y el eco repitió estas frases acompañadas de lágrimas de humildad de quien no sólo hiciera vibrar a 32 millones de peruanos por los triunfos de la blanquiroja, sino el poderoso club Sao Paolo donde juega. Sí, Cristian, con el corazón en la mano, desborda sus lágrimas de humildad en Trujillo y de nostalgia por su amado Huamachuco al escuchar la bella melodía de la Contradanza y apreciar la gracia de los danzarines que la bailaban y, llevado por su acendrado huamachuquinismo, baila con ellos.

Cuántos recuerdos afloran en su mente por los años vividos durante su infancia y adolescencia en la calle Suárez de Huamachuco junto a sus padres y la muchachada del centenario Colegio “San Nicolás” y sus primeros pininos con el balón bajo la sabia conducción de su padre Luis para luego brillar en el gramado del Estadio Municipal huamachuquino escenario que sirviera de vitrina para el buen ojo del D.T. del equipo de Universidad San Martín de Lima quien le abriera las anchurosas puertas del éxito nacional e internacional.

Hoy, al ser condecorado por la comuna trujillana, valora humildemente lo hecho para llegar al mundial de Rusia 2018: “Es algo hermoso todo lo que se ha logrado y clasificar al mundial es un sueño cumplido para mí y todos los peruanos que esperaban con ansias esto”. Enfatizando que su fortaleza se sustenta en su familia: ”Siempre he pensado en mis hijas, en mi esposa, en mi pueblo y sobre todo en Dios. Siempre tengo en mi mente la imagen de un niño llorando y eso me ha marcado”.

Cristian Cueva, actualmente de descanso, también fue objeto de reconocimiento en el barrio Buenos Aires Sur, del distrito de Víctor Larco lugar en donde viviera un corto tiempo; también fue reconocido y gratificado en la localidad de Otusco y, por si fuera poco, en Cajamarca, donde fue declarado huésped ilustre ¿Y Huamachuco? ¿Qué pasó con la segunda tierra de Aladino? ¿Acaso las autoridades ediles se olvidaron que Cristian tiene raíces huamachuquinas, se olvidaron acaso que cada vez que juega y mete goles, los dedica no a Trujillo sino a Huamachuco proclamando a todos los vientos que es huamachuquino? No es esa la manera de sacarle brillo al ilustre nombre de este pueblo?

Cuando en una ocasión, quien les habla entrevistara, para la revista VEA, al padre de Cristian este manifestó su dolor por la ingratitud de parte de las autoridades huamachuquinas hacia su hijo afirmando que con esto se evidenciaba aquel viejo dicho popular de que “Nadie es profeta en su tierra”. Actitud que, sin embargo, es diferente cuando se trata de reconocer a personajes venidos de fuera a veces sólo por disertar sólo algún tema o a políticos por ofertas nunca cumplidas condecorándolos con la máxima distinción municipal de la Orden de Sánchez Carrión; pero al que realmente lo merece, hay descuido.

Desde esta tribuna radial que, gracias a Dios tiene acogida en el pueblo expreso mi agradecimiento a Cristian Cueva por hacer quedar bien a Huamachuco y, además, aprovecho de la ocasión para testimoniarle nuestro, a él y su familia, nuestro cálido saludo por fiestas navideñas y nuestro sincero deseo de dicha, prosperidad y éxitos en su vida profesional el próximo año pensando que es un ejemplo a seguir por los niños y los jóvenes de nuestro país.

NOTA.- Hace unos instantes nos hemos enterado que el municipio huamachuquino estará organizando para el 27 de este mes un reconocimiento y homenaje a Cristian Cueva. ¿Más vale tarde que nunca?