Matanza en urbanización Santo Dominguito se trataría de crímenes separados. En uno, sicarios se habrían confundido de víctima y en el otro, fallecida tendría vínculos con el hampa.
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Maritza Sáenz Crisóstomo
La matanza en la urbanización Santo Dominguito todavía sigue siendo un misterio, pero todo apuntaría a que ambos crímenes serían totalmente aislados. Según el abogado del único sobreviviente, hay diferencias en tiempo, lugar y vínculos entre los asesinados.
“Te podría dar hasta tres motivos. Primero es que el motivo de las reuniones fueron distintas: una fue la fiesta de cumpleaños de una señora conocida en el hampa y el otro una conversación; el segundo es que hay una hora y media de diferencia (entre las muertes); además ya comprobamos que no existe ningún tipo de vínculo (familiar, laboral, sentimental u otro)”, manifestó el abogado Lenin Bazán.
Pese a que las pruebas apunten a esto, el letrado explicó que todavía el Ministerio Público debe evaluar un informe elaborado por la policía para decidir si “los hechos fueron vinculados o aislados”, esto podría determinarse en 40 días.
Lenín Bazán es representante legal de Carlos Yupanqui Ibáñez y William Chacón Silva, el primero es el sobreviviente. Según explicó, ambos conversaban en la intersección de dos calles y los sicarios aparecieron por la espalda de Chacón y le dispararon, la bala entró y salió para impactar contra el cuello del primero que por fortuna sobrevivió al ataque.
Tras las averiguaciones, descartaron algún ajuste de cuentas pues ningún tenía problemas en las zonas donde laboran o residen; por ello, tampoco descartan que los sicarios se hayan confundido de víctima. “Tampoco se trata de una bala perdida porque los disparos tenían intención de matar”, agregó el letrado.
En el caso del cuádruple crimen, dentro de una cochera, se conoció que la propietaria Tomasa Robles Ruiz habría tenido vínculos (aun no definidos) con el hampa, por ello su asesinato y el de su familia se debería a un ajuste de cuentas. Anoche celebraba su cumpleaños y aparentemente, uno de sus sicarios era el asistente.
Dato: Carlos Yupanqui Ibáñez (sobreviviente) era trabajador de la Sutrant, mientras que su amigo fallecido era William Chacón Silva. Los demás miembros asesinados de la familia de doña Tomasa fueron sus hijas: Melissa Fiorella Peña Robles (25) y Vanessa Cruz Robles y el esposo Pedro Peña Otiniano.