Por: Dionicio Mantilla León
“Hay errores que no repetiré y la confianza que han vuelto a depositar en mí no será defraudada. Nuestra Democracia permanece en pie digna y fortalecida”. Fueron las palabras finales de un mensaje difundida por PPK luego de la maratónica jornada de debate en donde su vacancia fracasó dejando en la mente de los peruanos un mensaje de credibilidad, pese a que el voto de 10 congresistas fujimoristas liderados por Kenjki Fujimori hacían presagiar algo diferente. Un presagio con sabor a componenda con un solo objetivo: el indulto a Alberto Fujimori.
Luego de dos días del acontecimiento esto se hacía realidad a través de la R.S. 281 suscrita por PPK decretando el indulto humanitario al ex Presidente Alberto Fujimori condenado por graves delitos a veinticinco años de prisión y que, hasta la fecha, cumple once. A pesar que sus congresistas habían mostrado una férrea unidad para defenderlo no fueron consultados para decidir el indulto. Al parecer un tema tan importante fue decisión personal de PPK como agradecimiento al gesto de Kenyi y los disidentes de Fuerza Popular.
El tema es que el indulto se dio siguiendo, aparentemente, un proceso jurídico normal calificado como “humanitario” y solicitado 11 días antes del debate por el ex dictador, siendo procesado por el MINSA que designó una Junta de Médicos la que coincidió en la petición de indulto humanitario sacándose luego la R.M. en dos días mientras los deudos de las víctimas de los genocidios de Fujimori esperan muchos años por justicia.
Planteado así el tema surgen muchas inquietantes preguntas sobre el indulto: ¿Fue fruto de un trato previo entre PPK y Kenyi? ¿El estado de salud de Alberto Fujimori es realmente grave? ¿Será lícito, y de no serlo, podrá anularse? ¿La pugna Kenyi _ Keiko es real o sólo una treta para acercarse a PPK y sacar a Fujimori? ¿Por qué Becerril llamo “cómplice de la corrupción” al ex dictador luego del debate por la vacancia, pero cuando se dio el indulto mostró su complacencia? ¿Porque PPK no dialogó con los familiares de las víctimas de la dictadura fujimorista? ¿Por qué un paso tan trascedente no fue consultado con sus congresistas y ministros? ¿Cuál será el futuro político del gobierno? ¿Esta medida será causal de otro proceso de vacancia y de “incendiar de nuevo la pradera?”
El tema debe ser analizado desde dos puntos de vista: Políticamente, constituye un acto de traición pues el “no indulto” fue promesa electoral y porque, últimamente, prometió fortalecer la democracia y con el indulto se fortalece la impunidad y la corrupción; además, porque evidentemente es fruto de una componenda con el ala disidente del fujimorismo.
Legalmente, la medida es inválida porque, según los expertos, uno de los miembros de la junta de Médicos que evaluó al ex dictador es su médico de cabecera (Dr. Postigo) lo cual le resta imparcialidad. Para que proceda el indulto humanitario debe ser por sufrir una enfermedad terminal lo cual no es el caso pues sus enfermedades no son terminales lo cual fue ratificado por el Director General de DD.HH. del Ministerio de Justicia que ya renunció junto a otros funcionarios en rechazo a esta medida, a ellos le siguieron tres congresistas de PPK, dos ministros y el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Radio Y TV.
Además, ¡Oh, que coincidencia! conocido que fue el indulto el ex dictador mejoró rápidamente la salud dio un discurso ofreciendo todo su apoyo a PPK y, mañana, saldrá de la clínica a su casa. ¿Un milagro de San PPK?, pero como este ardid fue descubierto por los periodistas se quedará unos días más, de allí, a “Pampa Bonita”, la hacienda de su esposa. Por su parte las fuerzas progresistas del país interpondrán una acción de amparo para detener este despropósito e interpondrán denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
Mientras tanto las calles de todas las ciudades más importantes del país nuevamente vienen siendo colmadas por las voces populares que rechazan la impunidad, la componenda y la dictadura genocida, bajo la consigna: ”El indulto no va y PPK se va”, este último, con renuncia o vacancia. De esta manera, un pésimo manejo político de PPK con sabor a traición “encendió la pradera” con pronósticos muy reservados. Y un negro contubernio disfrazado de “reconciliación” entre PPK y las fuerzas retrógradas del fujimorismo y el alanismo va asomando, poco poco, en el horizonte.
Concluimos un año muy difícil; empero, aun así, hacemos votos porque en las cercanías del nuevo año vislumbremos otro colmado de ilusiones de paz, prosperidad y desarrollo para nuestra nación. ¡FELIZ AÑO NUEVO! ¡FELIZ AÑO 2018!!!!! Un abrazo sincero a todo el pueblo huamachuquino.