Una vez más, su torpeza política del candidato a la Presidencia Regional, César Acuña, vuelve a colocarlo en el ojo de la tormenta
El video en mención, que adquiere un enorme valor documental| Archivo
Una vez más, y debido a su conocida torpeza política, el exalcalde provincial de Trujillo y candidato a la Presidencia Regional de La Libertad, César Acuña Peralta, vuelve a colocarse en el ojo de la tormenta. Flaco favor le hace él a Trujillo y a La Libertad tras conocerse el contenido del video de su reciente visita a Pataz, donde aparece coactando a la población de esa localidad andina.
Recuérdese que Acuña dejó plantados a los organizadores del debate preelectoral que se realizó la semana pasada en Trujillo. Alegó entonces que tenía pactada una visita a Pataz, y que no podía faltar a ese compromiso.
Sabemos ahora, gracias al video que difundió la televisora Sol TV –y que ayer fue reproducido por diversos medios de comunicación nacionales–, que esa visita estuvo plagada de incidentes, olvidables por cierto.
Los asistentes al mitin, al escuchar que Acuña los amenazó con no celebrar convenios si no votaban por el alcalde de su partido, Alianza para el Progreso, lo llamaron “chantajista”. Un molesto candidato presidencial retó a los ciudadanos patacinos por protestar y les pidió mostrarle respeto.
Pero ¿qué respeto puede exigir quien por enésima vez incurre en estas groseras coacciones contra personas humildes, que esperan que el Gobierno Regional de La Libertad las apoye en su lucha por salir de la pobreza, que acometa obras y que apoye la realización de proyectos al margen de colores y distingos políticos?
El video en mención, que adquiere un enorme valor documental, se convierte así en la principal prueba para demostrar cómo uno de los principales aspirantes al sillón regional amenaza a sus potenciales electores, infringiendo las normas electorales. No es la primera vez que esto ocurre con Acuña. Él y sus gonfaloneros ya debieran haber cambiado de actitud.
Pero, como reza el dicho, la cabra siempre tira al monte. En el ADN de Acuña predomina esa actitud ventajera de quien todo lo puede porque tiene plata. “Voten o no, voy a ser el presidente de la región”, retó. Como cree en el poder omnímodo del dinero, hace y dice lo que le da la gana.
No olvidemos que el Jurado Electoral Especial de Trujillo ya le abrió una investigación luego por utilizar el campus de la Universidad César Vallejo (UCV) como local de campaña. Igualmente, ha quedado comprobado que usó una camioneta de la UCV fue para fines proselitistas.
Frente a estas evidencias que no admiten discusión, resulta difícil creer que él y los suyos –así como otros candidatos e incluso autoridades que infringen la ley– vayan a cambiar de actitud. Más aún cuando Acuña, en lugar de hacer un mea culpa al menos declarativo, apela otra vez a excusas risibles: “Era una broma, pues. Los videos editados nunca son con buena intención sino para mal informar”, arguyó.
Es decir, la vieja falacia de la “edición maligna” de los videos para salvarse de la vindicta pública. Como si lo que escuchamos y vimos fuera un ilusión auditiva u óptica. Deplorable, realmente. Mauricio Mulder alertó ayer que en Trujillo nadie se atreve a enfrentarse a Acuña por temor. Se equivoca el congresista aprista: acá le decimos al candidato apepista que su actitud ha sido y es repudiable, tal como se lo hemos dicho sin pelos en la lengua en otras ocasiones. Además, exigimos que se lo sancione para reparar el tremendo daño que le ha hecho a la política liberteña.(la industria)