Créditos: Trujillo Kitsch
Húsares que brindan seguridad ciudadana, un rayo cayendo sobre el municipio provincial, simios que se enfrentan a humanos en el baipás Mansiche y más en el irreverente sitio web Trujillo Kistch.
¿Qué es kitsch? Un término para definir un arte pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto. ¿Y qué hace una ciudad para que sea calificada con este término? Pues nada, solo ser como es, con políticos de obras tan ostentosas como innecesarias, comportamiento errático, decisiones circenses y un Trujillo más fantástico que nunca.
Llevo siguiendo a Trujillo Kitsch –sí, la página de Facebook- hace más de un año, y solo en los últimos meses he intercambiado mensajes por inbox con el administrador de esta cantera de ingenio y sarcasmo gráfico que muestra el lado más kitsch de una ciudad de notorios cambios.
El fanpage está vigente desde finales del año 2012 y tiene a la fecha más de 3 mil 500 seguidores, casi todos trujillanos. El número de likes va en aumento.
El autor de Trujillo Kitsch, arquitecto de profesión, prefiere el anonimato; sin embargo, asegura que es un varón sobre la base de los 30 años. Debo decir que no puedo comprobarlo porque no me deja escuchar su voz.
Sostiene que el hecho de que nadie sepa quién es, libera a la página de prejuicios. “Al no tener cara se hace de todos, se vuelve una comunidad, los seguidores de todos los partidos, movimientos, grupos, artistas, músicos, etc., colaboran mucho”, expresa.
¿Y qué es Trujillo Kitsch? Una atractiva página que explota el diseño gráfico, ilustración, fotomontaje y la comunicación sobre la coyuntura política actual de la manera más sarcástica posible.
Uno de los últimos trabajos de fotomontaje, por ejemplo, es una coqueta Tilsa Lozano posando junto a los candidatos apristas José Murgia y Luis Carlos Santa María con la pícara V de vengadora en los dedos y en la sonrisa. Esto, a raíz de la reciente visita de la modelo para un mitin del partido de la estrella.
Otro muy gracioso es la celebración del cumpleaños de César Acuña en el óvalo Papal, cuando aún era alcalde de Trujillo, en la región Libertad. Para esta página, entonces, el onomástico del chotano estaba ataviado de castillos multicolores, cajas de cerveza que cercaban la pista, vendedores ambulantes de algodón dulce, mercachifles y payasos con gorritos multicolores. Imposible no soltar una carcajada por tanto ingenio.
Y no es para menos. El arquitecto cuenta que Trujillo Kitsch nació el mismo día que pasó en un taxi y notó que estaban pintando los uniformes de los húsares y los sardineles de dorado.
“Creo que lo principal fue utilizar el sarcasmo y la parodia para hacer críticas de lo que ocurre en nuestra ciudad y sociedad trujillana en general. Estábamos tan adormecidos con las gestiones pasadas que las obras que se empezaron a realizar nos agarraron sin un sentido crítico... Un puente no es un bypass, las esculturas a caballo no son esparcimiento y cerrar las calles un día al año no es una ciclovía", señaló.
Y agregó "no creo en la crítica constructiva o destructiva, la crítica es una y no veo nada de malo en expresarla, pienso que es necesario señalar los puntos flojos para construir mejor, sino seguiremos votando por el mal menor o por el trend del momento: "roba pero hace obra"”.
Y aunque en esta página ningún político se salva de alguna broma, Trujillo Kitsch ha tenido mayor inspiración y material por explotar gracias a la gestión actual. Todavía no ha recibido amenazas, refiere, pero cree que tampoco llegarán porque el contenido no es para tomarlo tan en serio.
Creo que tiene razón. Sobre todo por la advertencia al entrar a esta página: “Todos los hechos y personajes basados en personas reales de esta página son pura ficción. El contenido es irreal y grosero, por esto nadie lo debe ver”.
Avisados están.
Por: Mariadhela Aguilar Minchón (RPP)