Trujillo.- En El Golf, la zona residencial top de Trujillo, se pasean unos autos lujosos que suelen dejar con la boca abierta a decenas de jóvenes que sueñan con estar al volante de esos ejemplares de cuatro ruedas. Esos autos maravilla son conducidos por unos tipos que son señalados por cierta gente de El Golf (y también fuera de allí) como los intocables, los que la hacen linda sin que nadie -ni la policía, ni la fiscalía, ni nadie- pueda hacerles nada.
Y así, estos intocables van por la vida: en las fiestas más exclusivas de la ciudad (desde la Fiesta del Perol hasta la Feria de San José), bien vestidos y bronceados, rodeados de mujeres hermosas y en autos que llaman la atención de todos. Y van así por la vida con la tranquilidad de quien se siente inimputable.
¿Qué hacen? ¿A qué se dedican?, preguntan los despistados. "Son nachos", responden sus vecinos de El Golf, y hasta algunos policías que dicen saber más de lo que callan.
Ellos, los intocables, tienen fama de tener incluso a un grupo de muchachos reclutados, los mismos que van a la discoteca más top de la ciudad para ofrecer ese polvo mágico tan buscado en las noches alteradas de fin de semana.
Uno de ellos, afirman los que juran que saben, es familiar de un político muy conocido que incluso ha sido ministro. "Por eso no le pasa nada, por eso es intocable", comentan sus vecinos.
Alguien o algunos en cierta ocasión tuvieron la osadía de investigar a este intocable, la fiscalía especializada del tráfico ilícito de drogas lo tuvo "bailando", pero luego todo quedó archivado, como ocurre en este país con todo aquel que se precia de intocable.
Hasta hubo un asesinato de alguien que estuvo vinculado a este personaje. Pero no pasó nada.
Ahora, este intocable vuelve a ser mencionado luego de que se conoció el escándalo del cargamento de cocaína en Huanchaco. Él es el más importante contacto trujillano con las mafias mexicanas, afirman. Él está detrás, susurran varios.
"Pero no le va a pasar nada, vas a ver", me dice un agente, muy convencido.(correo)