inseguridad. A solo 5 minutos del centro de Trujillo, el barrio Chicago es una zona donde proliferan la prostitución, la delincuencia y la venta de droga.
Karen Solis
Trujillo
Hace 30 años don Francisco Córdova Armas, médico de profesión, vive en el barrio Chicago, uno de los primeros creados hace 119 años y ubicado a cinco minutos del centro histórico de Trujillo.
Don Francisco ha sido testigo que con el paso de los años su barrio se convirtió en el sector más peligroso de la ciudad, llegando a ser considerado como “zona roja”, afectado por la delincuencia, la prostitución y la venta de droga. Aunque la Policía se mantiene vigilante y ha dado duros golpes en la zona, el hampa siempre lleva un paso adelante.
“Vivimos rodeados de la delincuencia y el comercio informal. Tenemos miedo de salir en las noches porque los vándalos están en las esquinas, al acecho, cualquier transeúnte se puede convertir en sus víctimas”, nos cuenta don Francisco Córdova desde su vivienda, ubicada en la calle José Gálvez N° 707, en donde funciona el Comité Central de Desarrollo del Barrio Chicago, Vista Bella y Singapur, el cual fundó en 1995 junto a otros moradores para sumar fuerzas y buscar el progreso del sector.
ZONAS ROJAS
Los puntos más peligrosos son: la avenida Los Incas, las calles José Gálvez, Suárez, Balboa y Atahualpa, donde los robos al paso son el pan de cada día. “El mercado y el emporio Albarracín cuenta con vigilantes, pero ya en la noche no hay seguridad y esto es aprovechado por los vándalos”, lamenta preocupado don Francisco.
Aquí, a partir de las 7 de la noche los delincuentes salen de sus guaridas, ingieren licor en las esquinas o en las cantinas que funcionan en la zona, para luego, sin miramientos, ejecutar sus fechorías, amparados en la oscuridad y la escasa seguridad.
De acuerdo a reportes de la Policía se reciben de 4 a 5 denuncias diarias por robo bajo la modalidad de arrebatos al paso y cogoteo. En la zona operan “Los Chicos de La Esperanza”, banda integrada por jóvenes entrenados para perpetrar robos y asaltos al paso.
En el día el comercio ambulatorio invade las calles de las avenidas Los Incas y Eguren, y cuando el sol se empieza a ocultar aparecen agraciadas jóvenes ofreciendo sus servicios sexuales al mejor postor. Las cantinas y bares, ubicados en los calles José Gálvez y Sinchi Roca, también empiezan a abrir sus puertas. En estos lugares se ejerce la prostitución clandestina. Los fines de semana son los más críticos por lo que se refuerza el patrullaje.
De acuerdo al comisario que tiene a cargo la jurisdicción, comandante PNP Juan Malqui Moya, en el barrio Chicago existen cinco puntos de venta de droga, tres de ellos ya han sido intervenidos por la Policía. Los que tienen el control de la venta del estupefaciente son los delincuentes conocidos como “Chato”, “Maycol”, “El Chino” y una mujer apodada “La Marimacha”.
“Los efectivos están erradicando el consumo de alcohol en la vía pública y hemos reforzado el patrullaje”, dijo Malqui.
“Que se reactiven las Juvecs”
Don Francisco Córdova espera que la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) reactive las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana (JUVECS), con el fin de que vuelva la tranquilidad a su zona.
Indicó que con estas juntas los vecinos pueden trabajar en coordinación con la Policía y la subgerencia de Seguridad Ciudadana.
Sin embargo, antes, Francisco Córdova nos confiesa que se habían formado ocho juntas vecinales, pero por temor a las represalias de los delincuentes, los vecinos decidieron no participar en la lucha contra la inseguridad en la mencionada jurisdicción.
“Queremos apoyo de las autoridades para que vuelvan a reorganizar las JUVECS, los vecinos tienen temor a las represalias, no se quieren agrupar nuevamente, pero trabajando en conjunto, todos podemos hacer frente a la delincuencia y alejar a los jóvenes del mal camino”, sostuvo el presidente del Comité Central de Desarrollo del Barrio Chicago, Vista Bella y Singapur.(la república)