Un comité multisectorial, encabezado por las gerencias regionales del Medio Ambiente y de Salud, ha anunciado una inminente reubicación de sesenta carboneras.
En riesgo de sufrir males respiratorios crónicos a causa de plantas de carbón.
Que más de ocho mil familias estén en riesgo de sufrir males respiratorios crónicos a causa del funcionamiento de plantas de carbón, debe ameritar la urgente ejecución de medidas correctivas que salvaguarden la salud pública.
En los últimos años han proliferado los depósitos que almacenan este mineral, que es exportado y también distribuido en mercados, pollerías y grandes industrias locales. Al margen de lo rentable que pueda ser su distribución, su acopio en grandes cantidades, y en condiciones de mínima seguridad, amenaza la salud de miles de personas.
Ya lo han advertido las autoridades de Regulación Sectorial de la Gerencia de Salud, sobre el riesgo de que estos depósitos funcionen en medio de comunidades establecidas. Aun así, no hay indicios de que estos locales, muchos de ellos informales, abandonen sus operaciones en El Milagro, Salaverry y hasta La Hermelinda, espacios donde operan desde hace más de 15 años.
Y creemos que no lo harán, al menos en el corto y mediano plazo, porque la informalidad está acostumbrada a imponerse sobre la legalidad. La ley no es igual para todos y en este caso en particular, poco parece importarles a los dueños de las grandes plantas de carbón, si sus trabajadores o los niños que viven cerca contraen asma, bronquitis o cáncer de pulmón.
Un comité multisectorial, encabezado por las gerencias regionales del Medio Ambiente y de Salud, ha anunciado una inminente reubicación de sesenta carboneras por funcionar en zonas urbanas.
Las tratativas han llegado hasta la Oficina Descentralizada de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), para darle mayor peso a las conversaciones, pero sigue sin fijarse un plazo para la ejecución del esperado reordenamiento.
Se ha hablado que, incluso, los carboneros tienen en mente construir un parque industrial donde solo almacenen el mineral, sin embargo, las intenciones distan de las acciones.
Si en verdad les importara el problema, se preocuparían en suministrar protección a su personal, pues ellos son los primeros en recibir las partículas contaminantes que genera la selección del carbón. En segundo lugar, buscarían formalizarse y no seguir operando al margen de la ley.
Las autoridades, por su parte, deben mostrar mano dura y tolerancia cero contra quienes ponen en peligro la salud de la gente. Si se dan prórrogas a favor de los infractores, no hay forma de que se siente un buen precedente.(la industria)