sábado, 26 de julio de 2014

¡28 de Julio: El Grito de Libertad!


Por: Dionicio Mantilla León

“¡Viva la Libertad! ¡Viva la independencia!” El estentóreo grito del General José de San Martín, que días atrás trasmontara los andes del sur para arribar al país de los Incas sojuzgada durante 300 años por los hispanos, la mañana del 28 de julio de 1821, caló muy hondo en el corazón de los peruanos ávidos de libertad. Millones de voces se unieron al unísono a ese grito jubiloso. Y hasta los cóndores, milenarias aves de los andes, se alzaron en majestuoso vuelo para abrazar alegres a la patria que nacía a la libertad.

Un derecho a la libertad que emergiera del corazón de los peruanos de entre las prodigiosas semillas que sembraran los enciclopedistas y los acontecimientos históricos de la Humanidad: la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y la Gran Revolución Francesa, que dieron como fruto “La Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano”definiéndose en ellas los derechos naturales e imprescriptibles de la libertad, propiedad, seguridad, resistencia a la opresión, reconociendo la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y la justicia. Libertad anhelada por los próceres y precursores peruanos que, con la lucidez de sus ideas y el fragor de la lucha militar, prepararon este histórico momento.

Allí, en el recuerdo, quedan Juan Pablo Vizcardo y Guzmán con su “Carta a los españoles americanos” (1792); José Baquíjano y Carrillo, Toribio Rodríguez de Mendoza, Hipolito Unanue, José de la Riva Agüero y José Faustino Sánchez Carrión. , Juan Santos Atahualpa, José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II (1780); Francisco Antonio de Zela; entre otros.Mas, este grito fue compartido también por los próceres y precursores de la Patria Grande Latinoamericana. Desde el Río Grande, al norte de América, hasta el Cabo de Hornos, al extremo de Sud América, el chispazo libertario del 28 de julio de 1821 avivó el fuego del incendio que se expandiera incontenible durante varios años por el vasto territorio del continente americano. Años después, la tenacidad libertaria de Bolívar, sellaría junto a Sucre y Sánchez Carrión, la independencia del Perú y, con ello, la independencia de América.
193 años han transcurrido de aquel epónimo grito de libertad lanzado por el General don José de San Martín aquella hermosa mañana. 193 años que significara el rompimiento de las ligaduras de la opresión. 193 años viviendo de esperanzas, de sueños de grandeza y desarrollo para la patria, una patria que si bien ya no sufre el sojuzgamiento hispano sufre hoy la dependencia económica. Una ligadura de la cual aún no podemos desasirnos y a la que se añaden otras que van carcomiendo día tras día nuestra fe en el mañana. Ligaduras que como cadenas mortales cancerígenas nos atormentan día a día sin hallar una cura para ello. Cadenas mortales como la corrupción y la inseguridad las que se han convertido en una negra pesadilla ante la impotencia de las autoridades y la misma sociedad.

Aun así, frente a la penumbra del desaliento de hoy se abre promisorio el horizonte luminoso del mañana, horizonte al que nos acercaremos si es que asumimos todos el compromiso ante Dios de cambiar radicalmente nuestra conducta y nuestra formación desde el hogar, con padres de familia conscientes de su rol como educadores de sus hijos y desde nuestros gobernantes nacionales, regionales y locales que deben ser conscientes de su rol de servidores y no de soberbios dueños del poder. Un cambio radical y profundo que nos lleve a amar a nuestra Patria y todo lo que es suyo, un cambio que nos impulse a crear y producir nuestra propia riqueza sin ninguna dependencia ajena, a combatir, con nuestro propio ejemplo, la corrupción, la delincuencia y la incapacidad de construir nuestro país, males, estos últimos, nacidos de un hogar destruido y sin valores, sin la siembra del elemental respeto al derecho de los demás.

En este histórico día en que vive nuestra Patria hacemos votos porque en el corazón de los peruanos renazca como el ave fénix glorioso nuestra promesa de amarla y servirla de corazón en la tenaz búsqueda de un desarrollo con justicia social y en un clima de paz y seguridad para todos. ¡VIVA EL PERÚ DIGNO Y UNIDO!