domingo, 27 de julio de 2014

Desde hace 19 años los hermanos Sánchez Paredes se turnan en la alcaldía de Mollebamba

3. la posta. La candidatura de Segundo Manuel Sánchez Paredes fue tachada, pero queda su hermano Fortunato Wilmer.

Y quieren más. Segundo Manuel y Fortunato Wilmer reinan en la alcaldía del distrito donde nacieron. Ni la denuncia de la Fiscalía Suprema por presunto lavado de activos los desanimó a presentarse una vez más para continuar en el municipio de este poblado que es colindante a tres proyectos mineros de la familia.

María Elena Hidalgo
Enviada especial a Mollebamba


Son los reyes de Mollebamba. Hasta el 24 de julio, los hermanos Segundo Manuel y Fortunato Wilmer Sánchez Paredes postulaban cada uno con su propia lista a la alcaldía de Mollebamba, en la provincia de Santiago de Chuco, La Libertad. El ciudadano Irlan Jara López denunció que aparecía como candidato a regidor de la agrupación Súmate por una Nueva Libertad, de Segundo Manuel, y que él no había sido consultado y que además falsificaron su firma. El Jurado Especial Electoral de Sánchez Carrión, de La Libertad, aceptó el reclamo, con lo que el aspirante Segundo Manuel quedó fuera de carrera. Pero no hay problema para los Sánchez Paredes.

El actual alcalde de Mollebamba, Fortunato Wilmer Sánchez Paredes, que se ha lanzado a un tercer periodo consecutivo a la alcaldía, está expedito para la contienda electoral, con lo que la familia asegura continuar en el cargo en el que se mantiene invariablemente desde hace casi dos décadas.

El último cuatro de abril, hace solo tres meses, el fiscal supremo Pablo Sánchez Velarde dispuso que se enjuiciara a cinco miembros de la familia Sánchez Paredes, entre ellos a Segundo Manuel y Fortunato Wilmer, por el presunto delito de lavado de activos procedente de actividades del narcotráfico. La devastadora resolución fiscal no desanimó a los hermanos a postularse a continuar en el poder local de Mollebamba.

PUEBLO PRIVADO

El reinado de los Sánchez Paredes, propietarios de las empresas auríferas Comarsa y San Simón, se inició hace 19 años. En 1995, Segundo Manuel ganó su primera elección municipal por el partido Acción Popular. Luego lo haría por el fujimorista Vamos Vecino. Después, por una lista independiente. Su estadía en la alcaldía se prolongó hasta el 2006.

En el 2007 le tocó el turno a su hermano Fortunato Wilmer Sánchez Paredes. Su organización se llama Por el Desarrollo de Mollebamba y sus caseríos. La va a tener fácil. A diferencia de otros distritos, en Mollebamba los candidatos son muy pocos. Además de Fortunato Wilmer, hay otros dos aspirantes: Víctor Salvatierra Alayo, de Alianza por el Progreso, y Gumercindo Lavado Contreras, por el Partido Popular Cristiano. Las inscripciones de Salvatierra y Lavado están pendientes de confirmación por parte del Jurado Electoral Especial.

Las minas de la familia Sánchez Paredes no están en Mollebamba sino en localidades cercanas. Esto podría explicar por qué casi nunca el alcalde Fortunato Wilmer Sánchez Paredes despacha en su oficina de la alcaldía. Excepto en las fiestas patronales, a las que concurre con toda su familia, en el resto del año la aparición de Fortunato Wilmer en el pueblo es muy esporádica y puede llegar a durar solo un par de horas.

Teodoro García, que fue regidor por el APRA, asegura que las reuniones de consejo se hacían cuando él llegaba, o cuando los regidores eran conducidos a Trujillo para encontrarse con el burgomaestre: “Fortunato Wilmer viene a Mollebamba una vez al mes o cada dos meses y por un par de horas. Sus regidores no funcionan sin su autorización. Lo que él dice se hace. No tiene oposición. Su ausentismo está en contra de lo normado pero la gente no le reclama nada”, dijo Teodoro García.

Segundo Manuel no aceptó una entrevista con La República. Fortunato Wilmer citó a este diario en Trujillo, pero nunca apareció.

A FAVOR Y EN CONTRA

Víctor Salvatierra Alayo, candidato a la alcaldía de Mollebamba, también destacó el ausentismo del alcalde: “Él no vive acá pero cada vez que viene trae regalos, los distribuye y la población se contenta con eso. Él no hace reuniones de concejo, cuando lo mínimo requerido es dos veces al mes. Pero si usted revisa las actas, todas están firmadas. Son los regidores los que van a Trujillo y para eso les ha puesto dos camionetas para que los paseen. Esa práctica debe terminar”, señaló Salvatierra.

Según el Jurado Nacional de Elecciones, en el último comicio distrital en Mollebamba, el 78 por ciento de los electores votó por Fortunato Wilmer. Casi ocho de cada diez. El número de electores hábiles fue de 1.346.

El teniente alcalde de Mollebamba, David Mariño Zegarra, aceptó la ausencia de su líder: “Él viene temporalmente, a veces una vez o dos al mes. Lo que pasa es que se necesitan hacer gestiones en Trujillo y Lima para lo que necesita Mollebamba. Y él hace ese trabajo personalmente. Si estuviera sentado en la oficina no sería productivo porque aquí no hay casi nada que hacer y como empresario tiene sus ocupaciones”.

Brígida Oruna Saavedra, actual regidora del municipio de Mollebamba por la agrupación de Fortunato Wilmer –y hasta hace unos días candidata a regidora por la lista de Segundo Manuel–, aseguró que la postulación de los hermanos solo fue una descoordinación. Y que lejos de tener intereses personales en el municipio, lo que hacen es aceptar el reclamo de la población de Mollebamba.

"Es la gente la que les pide que sean nuestros alcaldes. Segundo Manuel se presentó porque Fortunato Wilmer dijo que en esta oportunidad no iba a postular. Pero cuando ya se iban a cerrar las candidaturas, Fortunato Wilmer afirmó que su hermano Segundo Manuel no se iba presentar y que lo haría él porque quería seguir trabajando por su pueblo. Se cruzaron”, dijo Brígida Oruna.

Según Teodoro García Duclós, quien postulaba por la lista de Manuel Sánchez, la candidatura del hermano del alcalde Fortunato Wilmer se debía al descontento de la gente. “Fortunato Wilmer no rotaba gente en el concejo como lo hacía Segundo Manuel y eso puso descontenta a la gente.
Segundo Manuel renovó la plaza de armas, asfaltó las calles del contorno de la plaza, hizo el estadio municipal y en ese tiempo ni había canon minero”.

Solo en Angasmarca, distrito colindante con Mollebamba, la familia Sánchez Paredes cuenta con las minas Santa Rosa, Patibal y San Simón. Parece que hay mucho más que un simbolismo en el interés de perpetuarse en la alcaldía del pueblo donde vinieron al mundo.

PUEBLO DE MINEROS RECIBE POCO CANON

Es irónico, pero el distrito de Mollebamba, que controlan los empresarios auríferos de la familia Sánchez Paredes, es uno de los que menos fondos del canon minero ha recibido en los últimos cuatro años, en comparación con el resto de distritos de la provincia de Santiago de Chuco.

Entre el 2011 y lo que va del 2014, Mollebamba ha recepcionado 8,1 millones de soles por canon minero. En el mismo periodo, el distrito de Angasmarca, donde están ubicadas las minas de los Sánchez Paredes, recibieron 28,5 millones de soles. Y el distrito de Quiruvilca, en la misma provincia de Santiago de Chuco, 98,4 millones de soles.

Mollebamba está ubicada en la sierra de la Libertad. Se llega luego de 10 horas de viaje por carretera, a partir de Trujillo, en el único bus que llega a diario. Cuenta con una población de 1.955 habitantes.

Al parecer, en Mollebamba todos están conformes con las gestiones ediles de los Sánchez Paredes. Lo cierto es que se percibe temor.

La población relata que los trabajadores de las minas de la familia cambian de dirección en Mollebamba y como "golondrinos" votan por alguno de los hermanos, lo que explicaría por qué siempre resultan vencedores.(la república)