Por: César Lévano.
Se sabe que al ministro de Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, le habían ofrecido un cargo de gerente de Yanacocha, la mina de Roque Benavides. Cuatro largos meses conversó con la minera sobre la propuesta. Desde julio hasta octubre. Señal de que no hubo rechazo rápido, sino lento tira y afloja. Le ofrecían 30 mil soles de sueldo mensual.
Ahora que Pulgar Vidal ya es ministro, un ironista preguntó: “¿Lo iban a contratar?”. “¡Pero si ya lo contrataron!”, se respondió a sí mismo.
En cualquier país con sentido democrático y ético, el personaje que negocia amablemente esa gerencia y recibe de pronto la invitación para ocupar un ministerio crucial y polémico, en el que parte del conflicto es la empresa tentadora, hubiera expuesto la realidad. Y no habría aceptado el ministerio.
El proyecto Conga implica un atentado mortal contra el medio ambiente de Cajamarca. Pulgar Vidal, que ha sido director ejecutivo de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, lo sabe. El prolongado coqueteo con la propuesta de Yanacocha indica que puede ser “olvidadizo”, o más bien resbaladizo.
El conflicto Conga entra ahora en una etapa definitoria. Con Pulgar Vidal en el ministerio, el arbitraje al que se piensa acudir estará mellado por la desconfianza, viciado por la parcialización. No estará hecho para apaciguar los ánimos, sino para exacerbarlos.
El presidente Ollanta Humala asume una responsabilidad muy grave si mantiene en el cargo a un funcionario que prolonga la tradición corrupta y antinacional de sacrificar los intereses del país en aras del interés privado, empresarial y personal.
El intercambio de puesto ministerial por empleo y sueldos de empresas privadas, sobre todo petroleras y mineras, repercute al final no únicamente sobre la vida de los ciudadanos, sino también sobre su bolsillo. El caso del gas de Camisea, desviado para la exportación ilegítima, le valió bien rentados puestos en organismos financieros internacionales a exfuncionarios del Estado.
Pedro Pablo Kuczynski y Jaime Quijandría, que desviaron el gas del lote 88, son típicos. Quijandría tiene el desparpajo de pontificar sobre lo que al Perú conviene en materia energética.
Yanacocha quería contratar a Pulgar Vidal para que le ayudara a “mejorar las relaciones con las autoridades regionales y locales”. Después de su devaneo de cuatro meses y de su aupamiento en el cargo por alguna interesada recomendación, el ministro no está en condiciones de mejorar nada.
Pulgar Vidal afirma que no conoce el estudio sobre impacto ambiental pagado por Yanacocha y sus asociados, y que amenaza con anular cuatro lagunas y destruir el sistema ecológico creado por la naturaleza en millones de años. Notable irresponsabilidad si se recuerda su condición directriz en la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.(la primera)