Las rondas campesinas están de luto por muerte de ronderos del caserío de Arcopampa.
Un 27 de enero, desde que la población de Huamachuco se enteró del accidente producido en las curvas del caserío de Yanasara, la puerta del área de emergencia del Hospital Leoncio Prado, se convirtió en un lugar de aglomeración de personas, quienes querían saber si dentro de los heridos o fallecidos estaban sus familiares.
Algunos salían tranquilos y otros acongojados o llorando al saber que dentro de esa lista estaba algún familiar. El laberinto de dar la información duró todo el día, los medios de comunicación a nivel nacional no paraban de llamar por querer saber la información. Y los medios locales, siempre atentos para brindar toda la noticia.
Desde las 7 de la mañana empezaron a llegar uno por uno los heridos, el escuchar sus quejidos o sus gritos hacía que nuestro corazón se oprimiera, porque una cosa es narrar y otra situación es ver como esas personas que no las conocíamos podrían morir.
Al trascurrir de horas, falleció Fermín Ávila Villegas (48) un agricultor, al cual vimos cuando lo trajeron totalmente deteriorado, lleno de sangre y gritando de dolor. Era imposible que él mismo se movilice, el personal de salud ayudó a moverlo a la camilla, al verlo, la gente decía y murmuraba que no iba resistir. Pasaron varios minutos desde que llegó, vimos la cara de una enfermera cuando llamó a los familiares para darle la infortunada noticia. Su madre del occiso una anciana, no paraba de llorar y señalar cuanto amaba a su hijo. “Es mi padre, él me ha criado, gracias a él yo comía, es mi padre, hijo yo te dije que no te fueras, que te quedarás, porqué, porqué”, palabras que ocasionaron que varias personas que estaban alrededor del cuadro derramen alguna lágrima.
Dentro de los heridos se encontraba, Sandra Román Cruz (29), quien tenía dos meses embarazo, casi el mismo cuadro del primero, vimos a esta joven tratando de salvarse. Los médicos por lo delicado de su estado de inmediato le hicieron los primeros análisis para determinar la salud del fruto de su vientre, pero lamentablemente por los fuertes golpes que recibió producto de la caída del vehículo, este bebe no se salvó, le hicieron su limpieza, ella se recupera de esta lamentable experiencia, que solo ha dejado en medio de tanto dolor, no solo por la pérdida de su bebe, sino por la muerte de su madre, Felicita Cruz Oruna, con quien iba hacia Chugay para ver sus tierras de cultivo.
Trascurría los minutos y veíamos a una técnica de enfermería que justamente estaba de turno totalmente angustiada que nos preguntaba sí el vehículo que se había desbarrancado venía a Huamachuco o se iba al interior de la provincia, la respuesta fue simple que la combi había salido a las cuatro de la mañana rumbo a Huaguil (Chugay), al escuchar nuestras palabras, sus lágrimas comenzaron a correr y me dijo que su hijo tomo un vehículo casi a esa misma hora para ir a Chugay con la finalidad de buscar sus primeras prácticas universitarias, ya que estaba terminando la carrera de Derecho en la Universidad Privada Antenor Orrego de Trujillo. Solo atinamos a calmarla. Pasaron los minutos llegaban los heridos, pero, de su hijo nada, fue así que llegó la última combi que estaba apoyando al traslado de los heridos y vimos a un joven totalmente asustado. Solo al verlo supe que era su hijo de esta amiga. Pasaron escasos segundo cuando vimos a Elba corriendo y de un solo grito “Mi hijo, es mi hijo, por Dios, es mi hijo”.
Los médicos y enfermeras corrieron a auxiliar al joven, Segundo Edilberto Silva Nureña (23), quien tuvo que ser ayudado para ser llevado en una silla de ruedas, su diagnóstico es que tuvo múltiples golpes, tenía problemas con uno de sus pulmones, pero su situación era estable. Fue evacuado a la ciudad de Trujillo con el apoyo de sus familiares.
Cecilio Alayo Cruz (40), un campesino, que regresaba a su tierra, Huayobal (Chugay), luego de haber hecho algunos trámites en Huamachuco. El hasta el último luchó por su vida. Ante el llamado de los medios de comunicación radial, que se necesitaba sangre A positivo acudieron varios ciudadanos, pero para mala suerte no coincidían con el tipo de sangre, es por eso que personal de salud, el médico serunista, Willan Rómulo Plasencia, a pesar que había donado sangre no dudo en volver hacerlo, porque sabía que si no recibía la transfusión se moría. Este padre de familia que estaba totalmente solo en Hospital Leoncio Prado, fue evacuado a Trujillo y recientemente nos han informado que está estable y queriendo vivir por su familia.
Teófilo Ruiz Calderón (37), fue otro herido, para suerte de él y su hijo, Jerson Ruiz García, un menor de 16 años que salió ileso, solo tuvo golpes en el brazo, también fue evacuado a Trujillo a través de Essalud, quien cubrió sus gastos, porque es asegurado.
LOS RONDEROS DE LUTO
La ruleta de la vida nos trae, experiencias que a veces no las podemos comprender, los hermanos, Federico y Justiniano Arce Chacón, junto con los hermanos, Juan y Tomas Yupanqui Vásquez, salieron con Claudina Chacón Yupanqui, David Lucio Campos Pérez, Cecilio Villalba, salieron de su tierra para entregar a dos delincuentes que los tenían amenazados y además cometían una serie de fechorías por esa zona, en especial asaltos a mano armada a los pasajeros de los vehículos que se trasladaban por esa zona que une las provincia de Bolívar y Patáz .
Su estadía, de los dirigentes ronderiles en Huamachuco, duró dos días, quienes incluso habían sido entrevistados por los medios de comunicación al haber sido valientes y luego de un enfrentamiento lograron capturar estos delincuentes, pero sin saber que éste sería sus últimos momentos tratando de conseguir la tranquilidad de su zona ante los malos elementos.
La población de Arcopampa, caserío de donde eran oriundos estos amigo ronderos están de duelo y lloran la pérdida de sus seres queridos. Algunos dicen que se deben declarar mártires de la lucha contra la delincuencia y otros que se debe generar un seguro de vida para los ronderos que mueren cumpliendo con su deber.