Por: Luis Peña Rebaza
Cuando se produjo el lanzamiento de la candidatura de Mercedes Araoz a la Presidencia, fue paradójico, por decir lo menos, que dicha señora anuncie un deslinde y lucha contra la corrupción y, ante las cámaras ¡aparezca flanqueada por Jorge del Castillo y Omar Quesada!, ambos sujetos involucrados en los sonados escándalos de los petroaudios y el negociado o “regalo” de terrenos a particulares a través de COFOPRI.
Eso sí que fue de ripley, cosas que quizá solo suceden en este Perú, tan contradictorio y polémico. Pero, ¿podríamos esperar algo honesto, limpio y transparente de los pupilos y fraternos compañeros de quien muy convencido opina que “la plata llega sola”.
La “elección” del cuestionado Jorge del Castillo, en lista única, sin competidores, con un ausentismo de más del noventa por ciento, recibiendo poco más de cinco mil votos de militantes de su partido, muchísimos de ellos obedientes empleados y funcionarios públicos, colocados a dedo o en fraudulentos concursos, el clásico clientelismo político u otros fanáticos y masoquistas cegados ante la cruda realidad. Y, asimismo, los permanentes escándalos, faenones, repartijas y corrupción, van a pasar una costosa factura al partido de la estrella en el proceso electoral de abril. Muy difícilmente podrá alcanzar y superar la valla del cinco por ciento. Si es así en hora buena, para librarnos de una serie de siniestros personajes que, tan mala imagen y tanto daño han hecho y hacen al país.
Dime con quién andas y te diré quién eres, reza el refrán. En tal sentido, la renuncia de Mercedes Araoz, en enorme medida, la reivindica ante la opinión pública.
En nuestra región La Libertad, de un total de cincuenta mil militantes registrados en el padrón electoral solamente votaron cerca de seis mil, inocultable descontento plasmado en un mayoritario ausentismo . De los escasos votantes, algo más de tres mil lo hicieron por la lista encabezada por Luis Alva Castro, una vez más tentará la re-re-re elección. Si amigos, este sujeto de ingrato recuerdo para los huamachuquinos: la última de sus exitosas “gestiones” fue el cuento de la devolución, por parte de la Policía Nacional, del local ubicado en nuestra histórica Plaza de Armas.
Así que estamos sobre aviso, usted paisano y amigo lector tiene la última palabra.
Eso sí que fue de ripley, cosas que quizá solo suceden en este Perú, tan contradictorio y polémico. Pero, ¿podríamos esperar algo honesto, limpio y transparente de los pupilos y fraternos compañeros de quien muy convencido opina que “la plata llega sola”.
La “elección” del cuestionado Jorge del Castillo, en lista única, sin competidores, con un ausentismo de más del noventa por ciento, recibiendo poco más de cinco mil votos de militantes de su partido, muchísimos de ellos obedientes empleados y funcionarios públicos, colocados a dedo o en fraudulentos concursos, el clásico clientelismo político u otros fanáticos y masoquistas cegados ante la cruda realidad. Y, asimismo, los permanentes escándalos, faenones, repartijas y corrupción, van a pasar una costosa factura al partido de la estrella en el proceso electoral de abril. Muy difícilmente podrá alcanzar y superar la valla del cinco por ciento. Si es así en hora buena, para librarnos de una serie de siniestros personajes que, tan mala imagen y tanto daño han hecho y hacen al país.
Dime con quién andas y te diré quién eres, reza el refrán. En tal sentido, la renuncia de Mercedes Araoz, en enorme medida, la reivindica ante la opinión pública.
En nuestra región La Libertad, de un total de cincuenta mil militantes registrados en el padrón electoral solamente votaron cerca de seis mil, inocultable descontento plasmado en un mayoritario ausentismo . De los escasos votantes, algo más de tres mil lo hicieron por la lista encabezada por Luis Alva Castro, una vez más tentará la re-re-re elección. Si amigos, este sujeto de ingrato recuerdo para los huamachuquinos: la última de sus exitosas “gestiones” fue el cuento de la devolución, por parte de la Policía Nacional, del local ubicado en nuestra histórica Plaza de Armas.
Así que estamos sobre aviso, usted paisano y amigo lector tiene la última palabra.