Muchos dirán que esa tarea le compete al gobierno nacional. Claro que si, pero ¿Acaso eso impide que pueda ser asumido también por los gobiernos locales? Es más, la misma Ley Orgánica de Municipalidades (27972) lo estipula dedicándole todo un articulado (VI: Desarrollo económico local): ”Los gobiernos locales promueven el desarrollo económico local con incidencia en la micro y pequeña empresa a través de planes de desarrollo local aprobados en armonía con las políticas y planes nacionales y regionales de desarrollo…”
Muchos concejos municipales conceptúan el desarrollo económico y social como una unidad y eso está bien el tema es que únicamente centran su atención en las organizaciones sociales como los comedores populares y comités de vaso de leche a los cuales toman como entidades de cultivo proselitista y les brindan un gesto caritativo, pero jamás productivo auto sostenido aunque en los discursos se diga lo contrario. Esto ocurre en Trujillo y muchas otras ciudades de nuestra región. ¿Huamachuco escapa a esta realidad?
Asignarle a las municipalidades este rol limitado y político es erróneo y censurable. ¿Quién más que los gobiernos locales para promover el desarrollo económico y social de sus comunidades? No sólo por la cercanía sino por el mayor conocimiento de sus potencialidades geo económicas, sus recursos naturales, su realidad social, entre otros aspectos. El abanico se abre cuando hablamos de atractivos turísticos, flora, fauna, de la habilidad de su gente.
Nuestra Provincia, por ejemplo, cuenta con mucha materia prima que pueda ser aprovechada a través de la formación de pequeñas empresas municipales o dando facilidades a empresas privadas. Allí tenemos su envidiable suelo, pródigo en recursos naturales apropiados para el fomento de la crianza de peces, auquénidos, forestales, plantas medicinales, allí su producción agrícola principalmente papas y otros tubérculos. Una lección grata, en este último rubro, lo constituyó hace poco la notable presentación de la dama curguina Justina Cruzado en un evento gastronómico a nivel nacional realizado en Lima quien presentó una mermelada en base a mashua, una lección que se volvió ingrata por la carencia de apoyo de parte del Concejo Distrital de Curgos para concretar el proyecto en una micro o pequeña empresa industrial aprovechando esta valiosa iniciativa personal.
Allí también nuestra riqueza turística de la cual mucho se ha hablado pero muy poco o nada se ha hecho para tomarla como base para la gesta de micro o pequeñas empresas municipales; ni que decir de la crianza de truchas aprovechando nuestros ríos o lagunas o en todo caso instalando piscigranjas; también, el fomento de la crianza de auquénidos que como sabemos se ha asentado en las alturas de Cushuro pero puede extenderse a otros lugares de nuestra provincia. Todo ello tiene que ser aparejado con una gran capacidad de iniciativa y gestión de nuestras flamantes autoridades municipales tanto con las instancias gubernativas superiores, sectores públicos, empresas privadas como con los gobiernos locales de nuestras provincias vecinas. Sin perder de vista lo prioritario que resulta la concreción del asfaltado de la vía troncal Trujillo-Huamachuco, así como las que unen nuestras capitales distritales.
Apreciar a nuestra Provincia desde un ángulo mucho más utilitario que incentive nuestra economía comenzando, por el fomento de micro o pequeñas empresas municipales, para municipales o privadas sin descuidar a nuestras organizaciones sociales constituiría una reorientación del acostumbrado manejo edil. Un manejo que no debe significar el abandono de la prestación de servicios comunales y el mejoramiento urbanístico de nuestro pueblo. Así nuestro gobierno local contribuiría a reducir la brecha económica y social, un mal que nos aflige grandemente a todos los peruanos a pesar del tan mentado crecimiento económico del que hace gala el presente gobierno.