Piden apoyo de la Policía debido a que lidian con delincuentes armados.
Ante la inacción de las autoridades para detener la violencia e inseguridad que tanto azotan a la ciudad de Trujillo (capital de La Libertad), las rondas urbanas autogestionadas de la ciudad han decidido tomar la batuta y le han declarado la guerra a la delincuencia.
Tras las múltiples denuncias de los vecinos, los miembros ronderiles del centro poblado Alto Trujillo, en conjunto con los agentes del grupo de intervenciones rápidas, dieron un ultimátum para que los delincuentes que se refugian en terrenos descampados no vuelvan a la zona.
“Los operativos van a continuar, no quiero volver a verlos por acá. Se les va a dar una oportunidad. Si los volvemos a ver, las cosas van a ser diferentes”, advirtió uno de los ronderos a un grupo de sujetos que fueron intervenidos por mostrar una actitud sospechosa.
Para garantizar la seguridad, han puesto en marcha un patrullaje integrado en uno de los lugares más convulsionados de la zona: los arenales del centro poblado de Alto Trujillo.
A pesar de contar con sus conocidos chicotes, una de sus principales armas para impartir justicia, los ronderos sienten que no es suficiente y piden ayuda de la Policía Nacional del Perú (PNP), pues sus vidas corren riesgo cuando se enfrentan a delincuentes armados o sicarios.
“La población de Alto Trujillo ya no aguanta, por eso como ronderos nos hemos organizado y (patrullamos) por las noches, pero no contamos con apoyo de la Policía”, nos detalla uno de ellos.
¿Qué le depara el 2022 a las rondas urbanas, siendo el actual presidente Pedro Castillo uno de ellos? ¿Seguirá la falta de apoyo que los obliga a autogestionarse? Por el momento, no hay nada claro, lo cierto es que la delincuencia tiene un digno adversario listo para salir en defensa de su población ante la inacción de la Policía, que no se da abasto para atender denuncias.(EXITOSA)