Horror en Argentina. Los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho y tres laicos abusaron durante años de niños y niñas de un albergue. Corradi tenía similares antecedentes en Italia y fue trasladado sin juicio a la Argentina.
Almudena Calatrava. EFE
En una pequeña capilla y ante una imagen de la Virgen María, dos curas católicos violaron una y otra vez a niños sordos, cuyos gemidos de terror difícilmente podían ser escuchados.
Al menos 24 alumnos y ex alumnos del Instituto Antonio Próvolo para hipo acústicos de la provincia argentina de Mendoza denunciaron éste y otros presuntos abusos ante la justicia. Uno de los sacerdotes señalados ya había sido acusado de delitos similares en una escuela en Italia.
En el instituto "hay una capillita chiquita donde está la Virgen... con unas sillitas, donde a los niños los confesaban, les daban la comunión. Allí sucedían algunos de los hechos", dijo recientemente a The Associated Press el fiscal Fabrizio Sidoti, quien investigó el caso en las últimas semanas.
Las presuntas violaciones anales y vaginales, los manoseos y las prácticas de sexo oral también ocurrían en los cuartos de baño, los dormitorios, el jardín y un sórdido sótano del centro educativo situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, unos 1.065 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, según las denuncias contra los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho y tres laicos.
El caso golpea a las puertas del Vaticano, que desoyó las advertencias de las víctimas italianas sobre Corradi, quien se encuentra detenido en Mendoza. El sacerdote italiano, de 82 años, había sido señalado por delitos similares cometidos desde la década de 1950 en el Instituto Antonio Próvolo de Verona. Sin embargo, la Iglesia no cuestionó su permanencia en el centro mendocino cuando en 2009 salieron a la luz los casos de abuso en Italia, su país natal.
Pasó en Italia, pasó acá
"Del papa (Francisco) hasta abajo... en todos los estamentos de la Iglesia católica son todos iguales, todos sabían", aseveró una joven que denunció haber sido violada por los sacerdotes en el colegio mendocino.
A través de una intérprete del lenguaje de señas, varias muchachas narraron a AP los supuestos abusos sufridos durante años. Su identidad se mantiene en reserva por orden judicial.
"Quiero que ellos estén presos hasta la muerte... Esto pasó en Italia, pasó acá. ¡Esto se corta, esto se termina, basta!", manifestó una de las jóvenes al referirse a Corradi y Corbacho, argentino y de 55 años.
Los alumnos y ex alumnos, algunos ya mayores de edad, han declarado ante el fiscal Sidoti haber sufrido abusos desde hace al menos una década. El fiscal describió los testimonios como muy verosímiles y coincidentes y aguarda los de más de 20 personas de las que podrían surgir más víctimas.
El templo del horror
Según la investigación, los agresores se cebaban especialmente con los niños que dormían en los albergues del instituto, varios de los cuales procedían de provincias cercanas. Una de las entrevistadas afirmó haber visto a uno de los curas violar a una niña mientras el otro sacerdote la obligaba a practicarle sexo oral. Sidoti narró que los menores miraban a escondidas, a través de las cerraduras de las puertas, entre las rendijas de las persianas. Aparentemente, algunos niños incluso abusaron de sus compañeros en los dormitorios en una naturalización del horror en el que estaban inmersos.
Corradi, Corbacho y tres empleados del colegio –José Luis Ojeda, Jorge Bordón y Armando Gómez– fueron detenidos en noviembre acusados de maltrato físico, abuso sexual y corrupción de menores.
En el dormitorio de Corradi la policía halló 550.000 pesos en efectivo (unos 34.300 dólares) y revistas con fotografías de mujeres desnudas. Las computadoras y los celulares de los sacerdotes están siendo analizados ante la posibilidad de que contengan registros de los abusos.
Los acusados se han negado a declarar. A ambos curas les fue denegada el jueves la prisión domiciliaria y tendrán que permanecer en una cárcel de Mendoza con el resto de los acusados.
Críticas al Papa
El papa Francisco no se ha manifestado públicamente sobre el caso y la Santa Sede declinó hacer comentarios a AP.
El 11 de diciembre, cuando el escándalo ya había estallado en Argentina, la difusión de un video en el que el pontífice les deseaba una feliz Navidad a los sordos a través de la lengua de señas despertó las críticas de usuarios de Twitter en el país sudamericano, que reclamaron al papa una declaración por el caso de Mendoza.
"O vive fuera de la realidad o es de un cinismo fenomenal, es una burla", dijo Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina.
Anne Barrett, codirectora de BishopAccountability.org, un portal en internet contra la pederastia clerical, afirmó que el caso argentino "es distintivamente horripilante... los delitos son nuevos, eran prevenibles, ocurrieron luego de que el Vaticano supuestamente ha implementado reformas y bajo las narices de funcionarios de la Iglesia que han presumido de políticas inteligentes contra los abusos".
Muchos en Argentina se preguntan si Francisco estaba al tanto de la presencia en su país del cura italiano.
El nombre de Corradi apareció públicamente en 2009 cuando 67 sordos dijeron haber sido abusados en el instituto veronés por 24 curas, laicos y hermanos religiosos. La lista de abusadores fue publicada en internet y especificaba que en ese entonces el sacerdote italiano estaba en Argentina.
Vaticano y el arzobispado de Mendoza desoyeron las denuncias
El nombre de Nicola Corradi volvió a aparecer en una carta dirigida al papa en 2014 en la que las víctimas italianas mencionaron a 14 curas abusadores que seguían ejerciendo el ministerio y en la que le hacían notar que Corradi y otros tres sacerdotes estaban en Argentina. En la misiva señalaron que "la Iglesia no tiene interés en el sufrimiento provocado por sacerdotes que abusaron sexualmente de niños sordos".
Más de dos años después monseñor Angelo Becciu, un alto funcionario del Vaticano, les respondió que había elevado a la Conferencia Episcopal Italiana su propuesta de creación de una comisión investigadora. La Conferencia no respondió las consultas de AP acerca de si dicha comisión está en funcionamiento.
El arzobispado de Mendoza sostuvo que desconocía los antecedentes de Corradi cuando llegó a la provincia.
La diócesis de Verona, en Italia, sancionó en 2012 a cinco de los 24 acusados tres años antes, entre los que no estaba Corradi. En ningún caso hubo un proceso penal.
Las condenas podrían llegar hasta los 50 años.(la república)