Se ofrecen desde nuevos circuitos turísticos en el mundo maya hasta la venta de "arcas de Noé".
Redacción. EFE.
En pocas horas la humanidad saldrá de dudas y sabrá si el final del llamado calendario largo maya mañana 21 de diciembre es también el fin del mundo o éste quedará aplazado como tantas otras veces.
Las disparatadas predicciones sobre un inminente apocalipsis este viernes han llevado a los más miedosos a hacer preparativos, mientras otros se lo toman a broma y la mayoría aprovechan para hacer caja.
Es el caso del auge de la construcción de búnker para sobrevivir al cataclismo o del turismo en los países de la antigua civilización maya –México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice– donde se espera un lleno en estas fechas, así como de la gran afluencia de visitantes a lugares en varios puntos del globo considerados clave o "mágicos" para escapar a la destrucción.
Un empresario chino, Yang Zongfu, ha recibido más de 20 pedidos de su "Arca de Noé", con precios de hasta 800.000 dólares, y en varias ciudades chinas se han agotado las velas para hacer frente a la "oscuridad total" en la que se supone que estará inmerso el planeta.
Mientras, las autoridades francesas han cerrado el paso a la montaña de Bugarach, a 60 kilómetros de Perpiñán, ante las creencias de que allí aterrizará una nave nodriza extraterrestre para salvar a unos pocos elegidos.
El pueblo turco de Sirince, de 570 habitantes, otro de los lugares que según los rumores se salvará del apocalipsis, espera la llegada este viernes de 20.000 personas que dejarán buenos ingresos.
Tampoco falta el humor combinado con el negocio, como el de la página web escapeearth2012, que ofrece billetes en clase turista o lujo para abordar la nave USS ARK 2012 y escapar a otro planeta similar a la Tierra. El billete, que cuesta entre 24 y 50 dólares, incluye un pasaporte intergaláctico para cruzar sin problemas las aduanas espaciales y promete un reembolso del 100% si el comprador muere víctima del fin del mundo el 21 de diciembre.
Una agencia matrimonial de la ciudad siberiana de Tomsk, en Rusia, ha puesto a la venta una cesta para recibir el fin del mundo que incluye vodka, cereales, remedios como la valeriana, jabón y una soga, un producto que ha hecho furor entre las compañías y organizaciones que hacen regalos navideños a sus trabajadores.
CLAVE
Sobran predicciones. Desde el fin del imperio romano ha habido 183 falsas predicciones del fin del mundo, que sin embargo cada vez son más frecuentes y ganan más adeptos gracias al altavoz que les presta internet. A ello también contribuyen los embates del cambio climático, la crisis económica y de valores políticos.