lunes, 5 de marzo de 2012

ORO CARO, BARATOS ESCLAVOS



Por: César Lévano



El filo polémico del proyecto Conga sólo se puede explicar por la expectativa de grandísimas utilidades, en momentos en que aún suben hasta las nubes las cotizaciones del oro, el cobre, la plata, el hierro y otros minerales.

El precio internacional del oro era de US$ 363,4 dólares la onza en el 2003, pasó a 433,15 dólares en diciembre del 2004 y subió a 1,707 el 2 de marzo de este año.

¡Un aumento de casi 500 por ciento en diez años!

(Una onza equivale a casi 30 gramos.)

El cobre no se ha quedado atrás. La libra del metal rojo se cotizaba en US$ 0.80 en el 2003, a US$ 1.44 en diciembre del 2004 y llegó este fin de semana a US$, 390.30 la libra. El alza es también de casi 500 por ciento. (La libra equivale a 454 gramos).

Esa bonanza explica el alto índice de exportaciones, lo cual a su vez señala la fuente principal del crecimiento del producto nacional, que no se debió a ninguna magia económica del régimen aprista. Tales ventas valen su precio en oro. Las exportaciones mineras peruanas fueron hasta setiembre del 2011 de US$ 19.455 millones, superiores en 27 por ciento a las de 2010.

Las cifras explican la codicia transnacional respecto a la explotación minera del Perú.

Por eso mismo, la actitud gubernamental peruana no puede, no debe, seguir siendo la tradicional: que vengan las inversiones, que se lleven el metal, que envenenen el ambiente como les dé la gana y que paguen pocos impuestos, no importa que para atraerlos les ofrezcamos el oro y el moro (previa coima). Nuestro país puede ahora, más que nunca, imponer condiciones.

Los gobernantes no deben tratar a las poblaciones aledañas a las minas como si fueran enemigas. En América Latina hemos entrado en una etapa en que los pueblos están adquiriendo conciencia de sus derechos y sus deberes. El calentamiento global del planeta los amenaza directamente. No se requieren agitadores para hacerles sentir las amenazas que pesan sobre sus bosques, su fauna y flora, sus ríos, sus lagos y lagunas.

Políticos que como Alan García teorizan sobre lo bueno que sería desalojar a las poblaciones amazónicas para ceder campo (y árboles y agua limpia) a las transnacionales del petróleo, el gas, los minerales y la madera; esos políticos, con sus teorías, su política y sus insultos han contribuido al despertar y la cólera de esas comunidades.

Hay una nueva sensibilidad humana en Nuestra América, sobre todo entre los jóvenes. Quienes viven en Cajamarca saben, por ejemplo, que en ese departamento, hasta el 2005, 77.4 por ciento vivía en la pobreza, y el 50.8 por ciento en la pobreza extrema. Es la región donde prospera Yanacocha, cuyos dueños son: Newmont Mining (51.36% de las acciones), el grupo Benavides (43.65%) y el Banco mundial (5%).

Ahí, los ciudadanos no quieren ser esclavos baratos. (la primera)