jueves, 22 de marzo de 2012

PUSIERON UNA GRAN BOMBA INCENDIARIA

A dos semanas del incendio que arrasó con cientos de miles de libros, cuadernos y materiales de trabajo escolar, carpetas, muebles y laptops, surgen nuevas evidencias de que fue una acción intencionada para provocar un grave daño a la Educación peruana y desestabilizar a la ministra del sector.

En la madrugada del domingo 11 de marzo, tres días después del devastador incendio del almacén central del Ministerio de Educación (MINEDU), en la esquina de las avenidas Tingo María y Venezuela, en el Cercado de Lima, los gerentes de seguridad Ciudadana y Servicios de la Ciudad de la Municipalidad de Lima, acompañados por un teniente de la Unidad de Sustancias Peligrosas, del Cuerpo General de Bomberos y un camarógrafo, realizaron una inspección de la zona del siniestro.

En uno de los rincones del inmenso local encontraron una extraña aglomeración de materiales que, luego de una detallada evaluación, se definió como una combinación altamente combustible y tóxica que no tenía razón aparente para encontrarse allí.

Los materiales estaban dispuestos como para ocupar el menor espacio posible y para actuar unos sobre los otros. Se trataba de lo siguiente: (a) un grupo de baldes plásticos repletos de combustible, con efectos de difusión del fuego y de contaminación del aire; (b) rollos de fibra de vidrio, sumamente tóxicos, que tardan mucho en quemarse pero cuando lo hacen es muy difícil apagarlos, produciendo reactivaciones del fuego; (c) un conjunto de desechos de madera, cartón y tecnopor, con efectos de alimentar la combustión y aumentar el calor; (d) una caja sellada con sustancias químicas explosivas que actúan expandiendo el fuego; (e) un balde de plástico con aceite y un trapo que fácilmente podían hacer las veces de mecha para la combustión de todo el conjunto. Es decir, una gran bomba incendiaria. El dispositivo no fue alcanzado por el incendio general y quedó intacto, pero la forma como estaba armado pone al debate inmediato si no hubieron otros “combos” como estos cuyo rastro se lo llevaron las llamas.

En la inspección filmada, el teniente de los bomberos advierte varias veces que el incendio no se desarrolló de forma normal. Hasta aquí se sabía que había habido cuatro puntos desde los cuales arrancó el fuego, que se propagó a gran velocidad, creando una fuerte cortina de humo tóxico que condujo a varios bomberos a clínicas y hospitales, mientras que las descargas continuas de agua no lograban aquietar las brasas.

Según la opinión técnica, los libros, muebles y laptops no se queman así, y no actúan como carbones activos, que fue lo que se vio en este caso, en que las brasas ya parecían calmadas y se volvían a reactivar. Tampoco la teoría del cortocircuito resiste el análisis ya que de haber ocurrido hubiera tenido un impacto muy limitado y podría haber sido controlado en corto tiempo.

SABOTAJE POLÍTICO

El montaje de los combos incendiarios es un trabajo de especialización en técnicas de sabotaje que requiere personal calificado. La acción sobre el almacén solo podría haberse hecho además bajo la dirección de personas que conocen las características del local y con la complicidad de la vigilancia.

Un “combo” como el que se ha descrito toma tiempo de prepararse, mucho más si existieron varios de ellos, y la vigilancia tiene que haber visto cuando los armaban.

Obviamente la ministra, con seis meses en el sector y rodeada aún por muchos elementos de la antigua administración de Chang y Díaz Chávez, no podía estar al corriente de lo que pasaba en cada uno de los locales del MINEDU, dispersos y tugurizados después de la decisión del gobierno aprista de vender la sede institucional sin tener una de reemplazo.

El gigantesco incendio se produjo cuando varios de los funcionarios a cargo de puestos claves que todavía mantenía el APRA y sus amigos, especialmente en la administración y direcciones intermedias, habían empezado a ser cambiados, generando alarma en los que sienten que ya les toca.

Asimismo, las investigaciones sobre los manejos económicos están llevando a varios de esos funcionarios al borde de un ataque de nervios. En esas condiciones, un incendio con pérdida masiva de materiales y retraso en los planes de inicio del año, fue un golpe brutal contra la ministra, que se convirtió rápidamente en tema de titulares, comisiones del Congreso y pedidos de renuncia.

La evidente intención de sacar provecho del incendio muestra el filo político de este asunto, donde lo que menos interesa es el daño causado a los niños y niñas del Perú.

Raúl Wiener (la primera)