Desde las 5 de la mañana, los fieles católicos acompañaron las procesiones de Jesús Resucitado y la Virgen María hacia la Catedral, encontrándose en la Plaza de Armas a un costado del Campanario.
Jóvenes y todos los presentes bailaron y cantaron la resurrección de Jesucristo que simboliza la victoria sobre la muerte, la promesa de vida eterna y la esperanza para la humanidad.