ABRIMOS LAS PUERTAS DEL AÑO 2023 CON UNA EVIDENTE NOVEDAD: LA RENOVACIÓN DE LOS CARGOS GUBERNATIVOS DE NUESTRAS REGIONES Y LOCALIDADES. TENEMOS NUEVOS GOBERNANTES SUB NACIONALES QUE DEBEN SER CONSCIENTES DEL ROL QUE EL PUEBLO LES HA ASIGNADO. ¿CUÁL ES ESE ROL?
Nos encontramos en el inicio de un nuevo año, una nueva oportunidad que tenemos
de instalar a las nuevas autoridades, entre ellas 13,032 alcaldes y 25
gobernadores que jamás deben olvidar que somos los ciudadanos los que los hemos
elegido o contratado para dicho empleo y es a nosotros que deben rendir cuentas
de su labor durante y después de finalizado su mandato. No se les entrega una
carta blanca.
Sin embargo, la mayoría de empleados que contratamos para que nos
representen olvidan cual es el origen del cargo que ostentan y se erigen como
gobernantes autónomos e incluso como “reyezuelos” que hacen y deshacen de los
dineros del Estado incurriendo la mayoría de ellos, en actos de corrupción o
pagadores de favores políticos. Una evidencia reprobable es lo acontecido
durante los 4 años anteriores en donde de 25 gobernadores regionales 22 han
estado involucrados en actos de corrupción. Algo que esperamos no suceda con
las nuevas autoridades liberteñas: Arturo Fernández, como Alcalde de la
Municipalidad Provincial de Trujillo y César Acuña como Gobernador Regional de
la Libertad a quienes auguramos una excelente gestión.
Una característica muy común es que hasta ahora no existe autoridad gubernativa regional o edil que termine su mandato con la inversión total de las partidas económicas de su presupuesto que le entrega el Estado batiendo el récord el Gobierno Regional de La Libertad que ha invertido sólo el 42 % de lo recibido. Renglón aparte merece la Municipalidad Provincial de Trujillo que no sólo no ha invertido el monto total de su presupuesto sino que lo ha invertido muy mal por lo que nuestra ciudad parece haber retrocedido 30 años de allí que el pueblo lo castigó cuando cínicamente pretendía la reelección y optó por un ciudadano cuyo desempeño futuro es una incógnita y, para algunos, genera gran preocupación.
De otro lado, oportuno es enfatizar en la capacidad de inversión y
honestidad de nuestras nuevas autoridades. No pedimos que sean sabios o eruditos,
pero si poseer cualidades personales como honestidad, empatía, iniciativa y
capacidad para administrar óptimamente los dineros del Estado, pero, fundamentalmente,
requisitos indispensables como:
UNO: Conocimiento pleno de las debilidades y fortalezas de la
jurisdicción territorial que va a gobernar, esto es, conocer bien las
necesidades y las soluciones viables a las mismas.
DOS: Contar con un Plan de Gobierno Integral con objetivos y metas bien
definidas, pero sencillo de entender y no un simple listado de obras que se
ejecuten de manera coyuntural, es decir, de acuerdo a las circunstancias tal
como así lo hacen el 90% de autoridades.
TRES: Conformar un equipo de profesionales y técnicos convocados por concurso que estén exentos de cuestionamientos judiciales y cuenten con amplia experiencia para el sector que les toque desempeñar.
CUATRO: Conformar una oficina técnica “ad hoc” encargada de la
elaboración de perfiles, expedientes técnicos y proyectos de obras.
CINCO: Coordinar con la
Controlaría General de la República para que realice acciones de control
concurrente de manera permanente en la ejecución de las obras comunales para
evitar actos de corrupción.
Requisitos indispensables para gobernar con eficiencia y eficacia los
destinos de un pueblo, pero considerando de manera esencial EL ROL DE GESTOR Y
LÍDER que debe asumir una autoridad. Es decir, ser consciente que partir del 2
de enero habrá de convertirse en un ESTADISTA, en el idóneo CAPITÁN del barco
que el pueblo le ha encargado para que lo lleve a un puerto signado con el
sello del desarrollo.
No tomar en cuenta estos requisitos llevará a sus pueblos al caos y la miseria y, a las autoridades, a la cárcel. Si nuestras flamantes autoridades no cuentan con estos indicadores no hubiesen postulado y harían bien en renunciar.