lunes, 11 de abril de 2022

El Perú arde en llamas

Por: Dionicio Mantilla León

Era 3 de abril y el país se encontraba convulsionado por el paro de protesta de transportistas en diferentes regiones del país por el alza del precio de los combustibles a los que se sumaron agricultores y ganaderos por el aumento del precio de fertilizantes, paro que se agudizaría con su ampliación a nivel nacional los días 4 y 5. En este escenario aparece el congresista Jorge Montoya revelando que “por información de inteligencia se conoce que el día 5 bajarán los cerros a saquear la ciudad de Lima”. En estas circunstancias el día lunes 4 el Presidente Castillo convoca a sesión de Concejo de Ministros y, de manera sorpresiva, a las 11.40 de la noche de ese día anuncia que su gobierno decreta la “inamovilidad social obligatoria” (toque de queda) desde las 2 a.m. hasta las 11.59 p. m. del día martes 5 de abril en las regiones de Lima y Callao.

            Un anuncio que provocaría, como era de suponer, todo un cataclismo y el  rechazo total de limeños y chalacos habida cuenta de los traumáticos días del largo confinamiento sufrido debido a la pandemia. Y el ambiente de tranquilidad y silencio que el gobierno esperaba crear produjo un efecto contrario pues miles de pobladores se lanzaron a las calles y a los gritos de “Fuera Castillo, fuera”, “Castillo renuncia no sirves para gobernar” se dirigieron hacia las cercanías del Congreso lugar a donde su Presidenta, María del Carmen Alva, y miembros del Comité de Portavoces sostenían una sesión con el Presidente, Pedro Castillo, con el propósito de hallar una solución al problema de la huelga de transportistas.  

            Mientras las calles limeñas se llenaban de manifestantes la Corte Suprema admitía el recurso de Habeas Corpus presentado por el Defensor del Pueblo Wálter Gutiérrez acusando a Pedro Castillo de atentar, con esta medida, contra los derechos constitucionales. La protesta llegó a su clímax cuando miles de protestantes se apoderaron de varias avenidas, la plaza San Martín y calles aledañas al Congreso de La República siendo contenidos por cientos de efectivos policiales.

            Entre los manifestantes se podía observar a miembros de los grupos fujimoristas: La Resistencia y Los Combatientes quienes, mezclados con bandas delincuenciales y vándalos, se enfrentaron violentamente a la policía provocando desmanes en los locales de la Corte Superior de Justicia, Ministerio Público, Jurado Nacional de Elecciones, cajeros del BCP y saquearon algunos establecimientos comerciales.

            El cónclave ejecutivo _ legislativo comenzó a las 3 p.m., el objetivo principal era darle una salida formal a la huelga de los transportistas y que Pedro Castillo explique las razones para decretar el toque de queda y pedirle su inmediata derogatoria; empero, Pedro Castillo, demostrando una vez más su torpeza, restó importancia al problema diciendo “lo voy a derogar” pidiendo se “voltee la pagina”, pero poniendo énfasis en que se fije fechas para que sus ministros y las comisiones legislativas se reúnan para tratar los problemas de  saneamiento, luz, salud, educación de los pueblos del país. Petición que fue rechazada por la Presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, haciendo hincapié que el presente no es un “cogobierno” y que cada Poder del Estado debe cumplir sus obligaciones específicas: “El Congreso a legislar y fiscalizar y el Ejecutivo, Ud., a hacer las obras que está señalando y los pueblos necesitan”.

                El mandatario, ofuscado, se retiró del lugar y, como si viviera en otro mundo, al salir del local saludó con los brazos en alto a no se sabe quien, pues no había gente, más bien las calles ardían en llamas y aproximadamente veinte mil personas pedían su renuncia. El tema es que su oferta de derogar el toque de queda no se cumplió y, siendo las 6 p.m., los delincuentes y los grupos violentistas destrozaron las instalaciones de las entidades tutelares del Estado. Grupos violentitas, estos últimos, muy conocidos por la PNP y la Fiscalía, pero que, inexplicablemente, permanecen intocados.   

           Todos somos conscientes de la incapacidad de Pedro Castillo para gobernar el país por eso la población viene pidiendo su renuncia, pero lo ocurrido recientemente con el toque de queda, las protestas del 5 de abril y otras medidas importantes rebasan la razón y el sentido común.     

          ¿Porqué se expidió el D.S. del “Toque de queda” para atender la problemática de la huelga de transportistas sin ponerlo en consideración del Concejo de Estado que reúne a los representantes de los 3 poderes del Estado en donde podría haberse hallado una salida razonable? ¿Más aún, porqué Pedro Castillo no atendió el problema oportunamente si este fue de su conocimiento en Octubre del año pasado?