Agentes de la División de Alta Tecnología de la Dirincri analizaron 822 archivos de vídeos de contenido sexual ilegal.
Imagen referencial sobre el hacer de la unidad de investigación de la Policía Nacional del Perú. Foto: Maria Pia Ponce/LR.
En febrero de 2022 la Policía Nacional del Perú (PNP) recibió una alerta de la Fiscalía de Estados Unidos. Se le notificó a las fuerzas del orden nacionales la peligrosa circulación de 822 archivos de vídeos de pornografía infantil.
Las direcciones electrónicas detectadas provenían de móviles telefónicas y computadoras desde Lima. A este tipo de alerta avanzada se le denomina cybertipline, una suerte de rastreador virtual que advierte las direcciones encriptadas por las cuales se difunden vídeos ilícitos.
El cybertipline es, además, un sistema de última generación usado por la oenegé Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, que tiene convenio con las Fiscalías Especializadas en Seguridad de Estados Unidos. Fue por esa alianza que el operativo posterior fue posible.
El jefe de la División de Alta Tecnología de la Dirincri Luis Huamán dijo que la masificación de estos grupos cerrados es mundial. Utilizan aplicaciones de mensajería como WhatsApp para comunicarse. Huamán describió en diálogo con Latina la dinámica de estos grupos: “La obligación para permanecer es dar nuevos vídeos o imágenes”.
Identidad del sujeto capturado
La indagación hecha por el personal PNP tuvo como resultado la identificación de un electricista de 33 años que contenía en su móvil 382 vídeos de pornografía infantil. Su nombre es Luis Amaya Díaz y no tiene antecedentes penales.
Fue detenido al salir de su trabajo en el distrito limeño de San Martín de Porres. En un archivo al que accedió el medio antes referido declara que fue coordinador de mercadería a nivel nacional de Transportes Girasoles SAC.
Las investigaciones continuarán su curso. Con la captura de Amaya se cuenta con una pieza clave en el engranaje de la mafia traficante de abuso sexual infantil, ya que el hombre de 33 años distribuía los vídeos. Se tiene la hipótesis que el 43% de las víctimas tendrían 11 y 16 años y un 55% serían menores de 10 años. (LA REPÚBLICA)