Liberteños llegan a Trujillo buscando oxígeno medicinal. Pernoctan hasta tres noches en la berma central de la Av. Túpac Amaru
“En la cola se enteran que sus familiares murieron en el hospital por el maldito Covid-19”
Escrito por Deyvi Mora y Wilson Fernández
La búsqueda de oxígeno medicinal para el tratamiento del coronavirus es una carrera que no tregua. Todos los días, cientos de personas forman largas colas con la esperanza de conseguir 10 metros cúbicos de este preciado producto, y cuando llega su momento, se enteran que hay capacidad solo para abastecerte con 4 o 6 metros cúbicos, no más.
El drama no solo tiene como escenario un hospital.
LA HISTORIA
Daniel - quien pidió no dar su apellido- es unas de las más de cien personas que toma posición al costado del cementerio Miraflores, en la avenida Túpac Amaru (Trujillo), que buscan de salvarle la vida a uno de sus familiares que lucha contra la Covid-19, una enfermedad que el pasado 4 de junio se llevó a su padre, pero, ahora lucha por no perder a otro ser querido.
“Quiero ser muy sincero con todos los trujillanos y liberteños. Yo pasé en carne propia y lo sigo pasando, con colas interminables para conseguir un poco de oxígeno en los principales distribuidores. Yo me he quedado una noche que me vendan el oxígeno, había como 80 personas en cola, frente al Cementerio Miraflores, empezaron a atender a las 8:30 a.m. y solo atendieron a 30 personas y el resto nada, se cerró”, cuenta.
MALA NOTICIA
Son tres noches esperando la atención del privado, en ese escenario, se anuncian las muertes.
“En estos días que estuve esperando que me vendan el oxígeno. He visto que las personas reciben la noticia de que sus familiares ya fallecieron, empieza un drama muy fuerte, hay llanto y gritos que las autoridades no escuchan, no ven. También, tú encuentras a gente que quiere ponerse adelante en la cola y te ofrece pagar, 200, 300 o 400 soles con tal de conseguir el oxígeno, pero como todos estamos en la misma necesidad, nadie acepta”, señala.
DE TODOS LADOS
En tanto, aún hay que esperar el funcionamiento de la planta de oxígeno instalada en Laredo, y ver las posibilidades de atender la gran demanda.
“Acá, se desesperan y lloran. Vienen de Casa Grande, Chocope, Virú, y otros lados, esperando que les vendan el oxígeno. Por la Esperanza, llegan 60 personas y solo atienden a 15. Yo he ido a tres distribuidores y no baja de 80 personas y las colas son interminables. La gente ahora se cura en sus casas, porque no tienen confianza en los hospitales. Pero lamentablemente cuando no tienes este líquido elemental para mantenerlo o salvarle la vida”, añadió Daniel.
Es la realidad, aún así hay quienes aseguran que no hay desabastecimiento, cuando todos los días evidenciamos esta crítica situación en La Libertad. Otros no se cuidan y desafían al virus.(DIARIO CORREO)