Por: Dionicio Mantilla León
Nos encontramos a 30 días del inicio del nuevo mandato de nuestros gobernantes regionales y municipales el mismo que regirá del 2019 al 2022, y , por tradición, la ciudadanía les otorga un período de gracia para el desempeño de esta honrosa misión. Un período que tiene una duración de 100 días el cual les servirá para asentarse en la implementación de las nuevas estrategias de la aplicación de su plan de trabajo que, se supone, todos los gobernantes los tienen y, que como candidatos, han presentado en su oportunidad a las autoridades del Jurado Nacional de Elecciones.
Un periodo que nuestros gobernantes deberán utilizar para poner en primer lugar los objetivos, metas y líneas directrices básicas que proyectan ejecutar durante su régimen gubernativo de 4 años. Una tarea que debe ser llevada adelante con un equipo de técnicos y profesionales de los que previamente se ha rodeado los que, se supone, son los más idóneos en todos los sentidos y con los cuales deberán construir el nuevo trabajo orgánico. Período de asentamiento gubernativo que nuestras nuevas autoridades deben dedicarlos con prudencia e inteligencia a la búsqueda de coordinaciones y consensos con otras instituciones de la gestión pública así como del sector privado.
De otro lado, debemos tener en cuenta que un gobernante regional, provincial o distrital no debe perder de vista que al asumir el cargo, desde el primer día útil de enero, tiene el honor de convertirse en un líder es decir un personaje que debe conducir con responsabilidad y honestidad a un grupo humano hacia el logro exitoso de un objetivo de beneficio común. En este sentido, líder no sólo es el Presidente de la República, un ministro o un congresista o el dirigente de un partido político. No, es toda autoridad llamada a actuar con ecuanimidad, iniciativa, coraje y honestidad convirtiéndose en el ejemplo y orgullo de sus coterráneos.
El gobernante regional, provincial y distrital debe ser un personaje dialogante, buscador de consensos y previsor de conflictos y no generador de ellos. Un tema que lamentablemente no viene ocurriendo a nivel de nuestra región pues a pocos días de asumido el cargo, el Gerente Regional de La Libertad, Eduardo Azabache, sin una pizca de liderazgo en lugar de plantear las líneas directrices del trabajo regional y generar prudentemente los consensos pertinentes con todas las fuerzas vivas de la región comete el exabrupto de promover el primer conflicto del gobierno de Manuel Llempén denunciando “la existencia de mafias enquistadas en el sector salud de la región y que por ello se ha contratado a un profesional de otra región para descubrir y sancionar a los presuntos mafiosos” generando como era lógico el rechazo del gremio médico.
Otro claro ejemplo de la falta de visión gubernativa es la del Gobernador Regional, Manuel Llempén, al no establecer niveles de coordinación con el Alcalde Provincial de Trujillo, Daniel Marcelo, para el hallazgo de soluciones a los múltiples y álgidos problemas que aqueja a la ciudad de Trujillo y en lugar de ello sacar a luz sus diferencias de pareceres a través de la prensa por ejemplo en el caso puntual del comercio ambulatorio tema que muy bien podría tratar internamente olvidándose el Ing. Llempén que Trujillo también forma parte de la región. Asimismo, un bochornoso tema que se viene dando es el aumento, del sueldo por parte de algunos alcaldes, argumentando que “implica asumir muchos riesgos” olvidando su promesa de servir a la comunidad. Ejemplo concreto el del alcalde de Ascope, Jhon Vargas.
El fin máximo de una gestión es el logro de una mejor calidad de vida de sus comunidades lo que implica atender los temas de seguridad, desarrollo económico y desarrollo social y dentro de ellas los temas de educación, salud, agro, ganadería, industria, infraestructura vial, mejoramiento urbanístico entre muchos más, siempre bajo la guía de un Plan de Trabajo, pero nunca “jalándose” a los grupos sociales fiscalizadores como las rondas o a los regidores de oposición tal como así se ha procedido durante las últimas gestiones municipales en Huamachuco bajo el pretexto de “trabajar unidos” anulando así la fiscalización.
Considero que así como existen gobernantes incapaces y corruptos carentes de liderazgo para conducir con éxito a sus comunidades existen también quienes asumen con humildad y sabiduría la honra de ser autoridades a estos últimos vaya nuestra felicitación y buenos augurios. Si hacen bien las cosas sus comunidades serán muy agradecidas y, si no, ellas las habrán de condenar.