Por: Dionicio Mantilla León
Hace unos días la capital de la República se tiñó de luto. En esta oportunidad la guadaña de la muerte se hizo presente en el sector transporte en el cerro “San Cristóbal” lugar en donde un bus turístico colmado de pasajeros, muchos de ellos extranjeros, se precipitó al abismo provocando decenas de víctimas. La causa del fatídico accidente fue la imprudencia del chofer al viajar a excesiva velocidad sin considerar la estrechez de la pista y las curvas de la misma. Empero, este accidente no es el único que se produce en este mismo escenario.
¿Aparte del conductor quienes son los demás responsables? Pues sencillamente las autoridades municipales, por permitir la circulación de este tipo de vehículos en una zona muy riesgosa, pero, también, son los mismos pasajeros todos ellos mayores de edad por subir a un vehículo sin techo y en un lugar peligroso.
Un motivo que no tiene justificación alguna por más que se diga que un bus sin techo permite ver mejor el paisaje. Un razonamiento a todas luces imprudente y osado que no mide las consecuencias fatídicas que se pueden dar. En esta ocasión no cabe el argumento de muchos de que “cuando nos llega la hora, caballero nomás” tratando de justificar lo injustificable cuando esa hora mortal puede retrasarse si lo revestimos de valoración de nuestra integridad física y nuestra propia vida y actuamos con mucha responsabilidad.
De otro lado, es necesario precisar que existen normas que regulan el transporte de pasajeros; empero, estas no son aplicadas con rigurosidad por la negligencia de las autoridades municipales.
Aplicado este hecho a las rutas del ande liberteño todos somos testigos como a vista y paciencia de nuestras autoridades municipales y regionales se permite la circulación de vehículos de transporte de manera irregular como es el caso de las combis que unen Trujillo _ Huamachuco y Trujillo _ Santiago de Chuco, así como el servicio de colectivos que unen también dichas localidades.
Todas ellas empeñadas en ofrecer a sus pasajeros, por 20 y 30 soles el pasaje, llevarlos a su destino en el menor tiempo posible no vacilando en viajar a toda velocidad sin considerar la existencia de una pista sinuosa, es decir, de muchas curvas lo cual obliga a disminuir la velocidad.
De otro lado, motivo de suma complacencia fue cuando nos enteramos de la creación en Huamachuco de una compañía de bomberos un proyecto que se gestara en la administración edil anterior, pero que no se llegara a concretar, siendo, hoy, la gestión del Alcalde, Arturo Rebaza, la que el año pasado lo hiciera realidad; sin embargo, el tema es que dicha compañía aun no camina como debía ser pues cuenta sólo con un bombero, carece de local y no tiene el equipamiento adecuados.
Sería interesante que la comuna ponga un mayor interés en regular el transporte de pasajeros así como en completar el equipamiento de la compañía de bomberos de Huamachuco. Tengamos en cuenta que a veces los desastres naturales, accidentes vehiculares, sismos y demás hechos luctuosos no avisan siendo necesario por ello contar con una institución como una compañía de bomberos cuyo actuar es de vital importancia en dichos percances no sólo para apagar incendios, sino para tareas de rescate, primeros auxilios y otros servicios de apoyo comunal.
Debemos tener siempre presente lo ocurrido en la tragedia provocada por la empresa de transportes Horna. Antes que llegar al ingrato momento de ponernos a llorar por nuestros muertos y heridos debemos abocarnos a prevenirlo y a prepararnos para afrontar con éxito las contingencias que puedan sobrevenir.
Finalmente, repetiremos lo que dijéramos a la gestión edil anterior: ¡Señores de la Municipalidad Provincial de Sánchez Carrión: ¡Regulen el transportes de pasajeros e implementen YA la Compañía de Bomberos de Huamachuco!