Ollanta Humala
y su esposa en momentos de su detención.
Por: Dionicio Mantilla León
El jueves 13 de julio del año en curso quedará registrado ingratamente en el libro de la historia peruana. Ese día un gran acontecimiento se produjo. Un acontecimiento que conmueve la conciencia de los 32 millones de peruanos que hoy vemos con indignación y vergüenza como otro Presidente de la República cae en manos de la justicia añadiéndose así a la larga lista de ex gobernantes cuestionados por su actuación ligada con la corrupción: Alberto Fujimori, (Hoy cumpliendo condena), Alejandro Toledo, (Actualmente prófugo), y , finalmente otro con graves cuestionamientos dolosos por esclarecer, Alan García Pérez.
Siendo las 8.20 p.m. de ese día el Juez del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria, Dr. Roger Concepción Carhuancho, ordenó la prisión preventiva por 18 meses para el ex Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso y su esposa Nadine Heredia, por la presunción de la comisión del delito de lavado de activos, debiendo pasar a la carceleta de la Corte Superior de Justicia y, de allí, a un penal seleccionado por el INPE. Frente a esta resolución los abogados defensores plantearon la apelación respectiva el que será visto en un lapso de 8 días por la Segunda Sala de Penal de Apelaciones.
Pese a la magnitud de lo acontecido muchos reconocidos juristas opinaron que lo resuelto por el Juez Concepción Carhuancho constituye un exceso y posiblemente sea anulada por la segunda instancia por cuanto no estaban dados los elementos de convicción requeribles como es la evidencia contundente de un peligro de fuga de la pareja presidencial pues ellos mismos entregaron sus pasaportes, tienen arraigo en el país y que, para su decisión, el Juez tomó indicios de un tema diferente (Madre mía).
Por su parte, Isaac Humala, padre de Ollanta, opina que “el proceso es nulo”, pues, por su investidura de Presidente el proceso debía ser visto por un Vocal Supremo elegido por la Corte Suprema y la Fiscalía de la Nación y no por un Juez existiendo para ello el precedente del caso de Alberto Fujimori y Alan García que fueron juzgados por esas instancias. Lo mismo opinó su hermano Ulises.
Como se recuerda la pareja presidencial, Humala-Heredia, es procesada por haber recibido, supuestamente, 3’000,000 de dólares del ex Presidente del Brasil, Lula Da Silva (Quien a su vez lo había recibido tiempo atrás de la empresa brasileña ODEBRECHT) para solventar los gastos de la campaña electoral de su partido político lo cual no está mal porque no es dinero del estado peruano, no eran funcionarios públicos y no es coima, pero sería lavado de activos al no haber declarado ante las instancias pertinentes el dinero recibido y no haber pagado el Impuesto a la Renta lo cual no es lo mismo que robarle descaradamente al Estado peruano como si lo hizo Fujimori. Aun así, según los expertos en derecho constitucional, el ex Presidente Ollanta Humala no debe ser objeto de prisión preventiva debiendo continuar con comparecencia, pero con mayores restricciones.
De esta manera, los peruanos asistimos ante un escenario de mega corrupción que concita la atención mundial por tener ya 4 ex presidentes de la República elegidos democráticamente, pero que, con su actuar, estigmatizan nuestra democracia.
Cayó el ex Presidente Ollanta Humala con resolución de prisión preventiva muy cuestionada lo que no invalida el proceso judicial de lavado de activos al que deberá ser sometido y de hallársele responsable sentenciado de acuerdo a ley.
MEDIR CON LA MISMA VARA
Lo que debe quedar claro es que así como se mide con dureza este caso debe actuarse igual con los demás personajes actualmente libres entre ellos Alejandro Toledo al que se le viene tratando débilmente al no acelerar su extradición, tampoco se muestra interés en esclarecer los cuestionamientos al ex Presidente, Alan García, cuyos delitos cometidos y comprobados durante su primer gobierno “prescribieron” (Se anularon por excesiva demora en inicio del juicio) al haber, él sí, fugado al extranjero.
Cuestionamientos judiciales que también ostenta por su accionar durante su segundo gobierno, pero como se dice popularmente “está pasando piola” y está viviendo en España. Ni que decir de Keiko Fujimori señalada por Marcelo Odebrecht de haber, supuestamente, recibido coima. La vara de la justicia debe ser aplicada para todos con la misma rigurosidad y en la instancia judicial que la Constitución del Estado lo señala.
LA RECLUSIÓN
La reclusión de la pareja Humala_Heredia se produjo el día viernes 14 a las 2.30 p.m. El ex Presidente Ollanta Humala fue trasladado enmarrocado al penal de Barbadillo y, su esposa, al penal de Santa Mónica, (Chorrillos)(¿). Lo que muchos preguntan es ¿El ex dictador, Alberto Fujimori, también fue trasladado de la misma manera_ enmarrocado_ a su centro de reclusión?