Por: Dionicio Mantilla León
“Le llegó la noche al Presidente Ollanta Humala”. Esta enfática afirmación pronunciada hace unos días por el periodista de un medio televisivo limeño al describir la ola de huelgas que se ha desatado en estos días en el país no hace más que reflejar el indeseado escenario de conflictividad social que mantiene preocupada a la nación y constituye, también, un claro indicio de la carencia de una adecuada política de prevención de conflictos sociales de parte del presente régimen a pesar de la existencia de una Comisión Nacional de Prevención de Conflictos Sociales ahora convertido en Comisión de Diálogo Nacional.
Con una acumulación de protestas y medidas de fuerza acatadas por poderosos gremios de trabajadores demandando, fundamentalmente, el incremento de sus remuneraciones y la solución de las múltiples carencias logísticas e infraestructurales de su respectivo sector, esta ola de huelgas viene propiciando un clima de convulsión y zozobra que es perjudicial para la gobernabilidad, la economía nacional y el prestigio internacional de nuestro país. Conflictos los cuales hubiesen tenido una rápida respuesta de parte del gobierno, lamentablemente, esto no ha sido así.
Pero, lo que llama poderosamente la atención es el trato tan peculiar e injusto que ha merecido la huelga del SUTEP. En efecto, un gremio reconocido no sólo legalmente por el Estado y, con el cual, el Ministerio de Educación había iniciado, con su dirigencia, conversaciones para analizar la problemática magisterial de manera abrupta estas fueron interrumpidas aduciendo que el Proyecto de Ley de Reforma Magisterial estaba próxima a ser aprobada por el Congreso “por tanto todo diálogo estaba por demás”. Ninguna de de las peticiones y propuestas contenidas en la “Nueva Ley del Profesorado” elaborada por el SUTEP fueron consideradas confirmando, una vez más, que las leyes en este país se dan sin un mínimo nivel de consenso entre las partes.
Ante esta situación la dirigencia sutepista, decretó el 5 de setiembre, la huelga indefinida que se va por las 3 semanas de acatamiento y que en nuestra región viene siendo acatado en un nivel del 85 % y en algunas ciudades del interior del orden del 95%, elevado porcentaje motivado por la justeza de las peticiones magisteriales fundamentalmente en cuanto a las remuneraciones que no han sido incrementadas desde hace muchos años pese a las recomendaciones del Acuerdo Nacional y el Foro Educativo Nacional, a lo que se agrega el trato privilegiado que se ha dado al gremio médico de ESSALUD que fruto de su huelga obtuviera un incremento del orden del 25% sobre su haber actual, esto es 937.00 soles , lo que lo hace bordear los 5,000 soles mensuales. Aumento que, comparado con los 100 soles como piso de la nueva escala remunerativa propuesto por el gobierno a los maestros, el aumento resulta ridículo, razón por la cual el gremio pide 300 soles como piso remunerativo permanente, rechazando la entrega de cualquier bono por única vez como se pretende.
Empero, también figuran otras peticiones económicas: el pago de la bonificación del 30% por preparación de clases reconocido por la Ley del Profesorado, así como el pago de la deuda social, entre otras reivindicaciones, entre las que esperamos también sean considerados el sueldo de maestros cesantes y jubilados los que se encuentran congelados desde hace 30 años.
Desde un inicio el SUTEP ha pedido la instalación de una mesa de diálogos de alto nivel para tratar su problemática, petición que siempre ha sido negada afirmando que la huelga es ilegal; sin embargo, ante la contundencia de la huelga y ante la cercanía de la “III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes” (ASPA) a realizarse el 1 y 2 de Octubre y que, lógicamente, conviene a los intereses económicos del país, el gobierno ha tenido que ceder instalando la mesa de diálogo la que se viene desarrollando desde el jueves último.
Existe ya un nivel de entendimiento y la huelga va llegando a su fin con acciones no violentas salvo la toma de carreteras medida con la que discrepamos totalmente. Hacemos votos porque en el dialogo establecido se arribe a acuerdos positivos que favorezcan la dignificación del docente, pero sin afectar los intereses nacionales. Una huelga magisterial que no debió producirse de haber existido un nivel de prevención y comprensión de parte de quienes tienen la conducción actual de los destinos de la Patria quedando, eso sí, el compromiso de los docentes de recuperar las clases perdidas algo que sinceramente dudamos se logree a cabalidad.