“Honestidad es la diferencia”, fue uno de los lemas que impregnó y caló en la población la candidatura de Ollanta Humala, la puesta en práctica de una política de transformación del sistema de gestión pública, donde se elimine la corrupción fue bien recibida por la mayoría de los Peruanos, sin embargo sus abanderados para cumplir tal objetivo vienen recibiendo una campaña mediática demoledora, para tratar de desprestigiarlos ante la opinión pública, los voceros políticos de gobierno ante esta avalancha de supuestos cuestionamientos se encuentran “paralíticos”, sin ninguna capacidad de respuesta casi como queriendo morir por inanición.
Los demócratas sabemos que detrás de todo esto se encuentra los rezagos de mafias enquistados en el aparato del Estado, que se resisten a fin de mantener el status quo, para que nada cambie.
Primero fue Ricardo Soberón jefe de Devida que fue “ametrallado” por suspender temporalmente la erradicación de los cultivos ilegales de la hoja de coca en el VRAE.
Luego Omar Chehade Segundo Vicepresidente y brillante abogado que extraditó al Presidente Fujimori para que sea juzgado en el Perú por delitos de Lesa Humanidad, que paga derecho de piso después que el gobierno en un hecho nunca antes visto dispusiera pasar al retiro a una treintena de Generales de la Policía Nacional entre ellos renombrados miembros del servicio de Inteligencia del gobierno Fujimorista, muchos de estos como el General Arteta no le perdonan tamaña decisión gubernamental.
Ahora último la puntería es traerse abajo a la Primera Vicepresidenta Marisol Espinoza por gestiones de un equipo Tomógrafo para su natal Piura.
Las mafias y los corruptos saben que la mejor defensa es el ataque y en eso son expertos, mañana tal vez las baterías vayan al Primer Ministro Salomón Lerner hasta llegar al mismo Ollanta Humala.
En esta campaña de desestabilización el gobierno pasa por una prueba de fuego, o cumplen con su promesa de devolver la confianza a la población de sus instituciones públicas o simplemente se deja avasallar por la corrupción.
Los funcionarios de este nuevo gobierno se han quedado perplejos, casi estáticos casi aceptando los ataques mediáticos, no hay reflejos y reacciones políticas rápidas, que les pasa? Donde están los aliados del gobierno o no han sido convocados, sería un craso error, aquí necesitan de una respuesta conjunta y coordinada no solo para garantizar estabilidad política y gubernamental sino que es necesario seguir golpeando a la corrupción, ésta se resiste a claudicar pero no debemos bajar la guardia.
Wilmar A. Moreno Fuentes
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