La Libertad - Los niños sicarios siguen constituyendo una de las amenazas más serias la sociedad trujillana. Gestados y educados en el corazón de las bandas criminales más sangrientas de la ciudad, muchos jóvenes que difícilmente superan los quince años ya se encuentran al servicio del delito.Entrenarlos es un “buen negocio” para los criminales, pues aparte de ser más ágiles y temerarios, al ser detenidos no enfrentan una gran condena en prisión, como sería si se tratara de mayores de edad. Según pudo conocer este diario, a través de fuentes policiales, al menos hay una docena de menores que sirven “eficientemente” al crimen organizado.
PROFESORES.
Estos adolescentes son encabezados por otros jóvenes como “Juliasho”, “El Chómpiras” y “Camote”, los tres en libertad y miembros de la banda de “Los Ochenta”.En el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Trujillo (ex La Floresta) ya espera su pronta salida el temible “Gringasho”, secuaz de “El Soli”, que sería liberado en enero. Según la Policía, todos los grupos criminales, incluidos “Los Pulpos”, “Los Ochenta”, “Los Malditos de Río Seco” y “Los Malditos del Triunfo” cuentan con menores en sus filas.
ENVICIADOS.
“A los chiquillos les llama la atención tener tanto dinero en el bolsillo, tres mil, cuatro mil soles”, refirió la fuente policial.De acuerdo al informante, los adolescentes también se envuelven en el consumo de drogas ilegales, pues “no consumen pasta básica, sino cocaína, que es más cara”. Los cabecillas llenan a estos “niños soldado” de toda clase de vicios, incluyendo prostitutas, para mantenerlos atados a las organizaciones criminales.
Sin embargo, el costo es alto, pues aparte de los asesinatos por ajuste de cuentas, los menores se ven envueltos en “medidas correctivas” por parte de bandas rivales, para que no reincidan en delinquir en su territorio. Un clásico “susto” realizado a los niños es dispararles a ambos lados de la cabeza.
CIFRAS:
3 menores de edad ya han sido detectados por la Policía, operando extorsiones en el valle Chicama. 4 mil soles puede llegar a cargar en el bolsillo un “niño soldado”, gracias a los pagos de sus cabecillas.
DATOS:
Los niños son enviados a cobrar los cupos exigidos a los empresarios por las bandas criminales, así como a dejar los “mensajes”, acompañados de cartuchos de dinamita y granadas.A los menores siempre les acompaña un hombre de confianza del cabecilla, para velar porque los jóvenes “no se aviven”, robándoles parte de los cobros o atracos que realizan.
Niños fuertemente armados
De acuerdo a la organización Amnistía Internacional (AI), “un niño o niña sicario es cualquier persona menor de 18 años que forma parte de cualquier tipo de fuerza o movimiento armado, ya sea regular o irregular”.
Los menores reclutados, tanto en casos de milicias rebeldes como de bandas criminales organizadas, como en Trujillo, son utilizados para diversas funciones, como “cocineros, porteros y mensajeros”. “Estos niños y niñas han sido secuestrados en la calle o sacados de las aulas”, indica AI, aunque reconoce que muchos niños se unen de forma voluntaria a estos grupos armados, ante la difícil situación que viven debido a la pobreza.(correo)