En 1925 después de un aluvión una plaga de grillos puso en aprietos a más de un trujillano. El primer auto que llega a Trujillo fue Ford T. a inicios del siglo XX que sin embargo no podía competir en velocidad con un caballo de paso. Dí es una palabra que caracteriza el hablar de los trujillanos.
Una serie de anécdotas citadinas preserva esa ciuda norteña que son como para recordar y recrearse en lo que fue siglos atrás.
El pasado 10 de noviembre se celebró el Día de la Biblioteca Escolar, que en estos tiempos de internet los niños y niñas, adolescentes y jóvenes de ahora pasan sus horas inmersos en la red. Es decir, “en mis tiempos”, me hace evocar a mis padres cuando ellos decían lo mismo.
Con el paso de los años puedo decir que en mis tiempos acudía a una biblioteca u ojeaba los libros de mis papás. Volver a hacerlo en el caso de los libros de mis padres es encontrar curiosos sucesos, y claro, también, están en google; los cuales comparto a continuación sobre hechos citadinos que son parte de la Capital de La Marinera captados en las plumas y teclado de comunicadores trujillanos.
Trujillo es una ciudad que no celebra oficialmente su día de fundación española pero en marzo de este año recordó los 476 años de instalación del primer cabildo durante su Semana Jubilar que se empezó a festejarlo desde el 2009.
Sin embargo, en los trujillanos es común evocar mucho más nuestro día de la independencia. Este 29 de diciembre cumpliremos 191 años de esa gesta libertaria donde hombres y mujeres consiguieron que la primera ciudad importante del Perú contribuya a la libertad del colonialismo español.
Trujillanismos en libros
Santiago Vallejo, periodista de mediados del siglo XX en su libro “Trujillo estampas y anécdotas” escribió un artículo titulado “El famoso aluvión del 7 de marzo de 1925”, donde describe lo que ocurrió con la ciudad tras una intensa lluvia que afectó a las familias trujillanas, viviendas, calles que parecían ríos, interrupción del servicio ferroviario y hasta la aparición de grillosn que en mayo de ese año se hizo insoportable, tanto así que se tuvo que incinerar la plaga, pedir especialista de Lima, hasta colocar anuncios que pagaban al que matara más grillos. A estos los achicharraban con sopletes pues estos ortópteros se pegaban a la ropa generando arrebatos e incendios hasta que llegó el invierno de ese año y desaparecieron.
En el mismo libro, Santiago Vallejo, en su texto “Sangre italiana en Trujillo y el valle Chicama” nos relata la llegada de los hermanos italianos Andrés y Rafael Larco en 1872 quienes aportaron su visión europea y progresista en el cultivo de caña de azúcar en haciendas del valle Chicama, surgiendo pueblos como Roma ubicada en la actualidad en la provincia de Ascope.
“Sucedió en Trujillo…Anécdotas” es un libro del relacionista público Horacio Alva Pazos donde se halla un texto sobre las “Excentricidades de los ricos”, en la que destaca que a inicios del siglo XX la llegada del primer auto a Trujillo fue un Ford T. propiedad de Víctor Larco Herrera y tras presentarlo a distinguidos caballeros trujillanos quedaron en ir a comer a Los Tumbos, un restaurante campestre de moda en Laredo. Una de las amistades de Víctor Larco, Carlos Felipe Pinillos, decidió ir en caballo de paso a esperar a que llegue el flamante auto a la cita gastronómica.
El Archivo Regional de La Libertad, entidad ganadora del premio Buenas Prácticas Gubernamentales 2005, guarda cinco siglos de historia de Trujillo y otras regiones del norte del país. En una revista de esa entidad, sobresalen curiosos documentos que existen en ese lugar como una disposición edil de 1890 en la que se prohibía el baño en conjunto de hombres y mujeres en Huanchaco, porque trasgredía las buenas costumbres y por eso debían bañarse por separado.
Trujillanismos en la web
Muchos pueblos convertidos hoy en ciudades acuñaron una serie de palabras, que para el escritor y comunicador social Alfieri Díaz “no resulta descabellado hablar de trujillanismos en Chiclayo, Piura o Cajamarca”, pues esos lugares formaron parte de la Intendencia de Trujillo durante el Virreinato que se extendió hasta Huarmey por el sur, Guayaquil por el norte y parte de la selva.
En el 2008 en su blog “Alferrero” compartió algunas palabras que la resumimos en solo dos trujillanismos: DÍ (tildada por los trujillanos): Interjección propiamente trujillana que acompaña en muchos casos el final de una oración o de una preposición. MOCOCHO: Algas marinas, compañeras del mejor cebiche huanchaquero, se dice que son muy buenas para el checo. En otras partes del Perú lo llaman “yuyo” o “cochayuyo”.
Uno de los hechos curiosos que me atrajo navegar en la red fue un artículo en el blog del consultor en turismo, Iván la Riva quien escribió “Trujillanos que no debemos olvidar” en la que indica a don Hipólito Bracamonte o Marqués de Herrera y Valle Hermoso, Conde Valdemar de Bracamonte, dueño de las haciendas de Chiclin y Sausal en el valle Chicama, previo a su muerte dispuso la libertad de sus esclavos antes que la otorgada por el presidente Ramón Castilla en el Perú (1854) y Abraham Lincoln en los EE.UU (1863).
Trujillo de antaño es rico en cosas menudas como las anécdotas que forman parte de la historia, folclore ciudadano que vale conocerlo y están en los libros viejos, internet de buenas fuentes e incluso nuestros abuelos.
Dato
El Libro "Trujillo en espampas y anécdotas" de Santiago Vallejo fue impreso en diciembre 1952. En tanto, "Sucedió en Trujillo...Anécdotas" de Horacio Alva fue impreso en octubre del 2008.
Por: Davinton Castillo (RPP)