Con un poco de sol y amenazas de lluvia, se inicia la parada del gallardete, donde los negros y unos cuantos comuneros de la parte alta y parte baja comparten esfuerzos para levantar el gallardete de 42 metros de longitud. Se reparte la coca y la chicha está lista para refrescar la garganta. Los tijerales bien ubicados son la base de esta tradicional actividad después de agosto que ahora son los socios y pueblanos quienes hacen la fiesta.
Foto: Beto Mendoza (http://conlafeylaverdad.blogspot.com)