lunes, 5 de octubre de 2020

Comenzó la carrera electoral

Por: Dionicio Mantilla León

A escasos seis meses de las elecciones generales del 2021 el pasado 30 de septiembre se dio inicio a la maratónica carrera electoral para ganar el honroso cargo de una curul en el Congreso o la Presidencia de la República. Una carrera que como ha ocurrido en estos últimos tiempos tiene la peculiaridad de ser multitudinaria, agitada, demagógica y populista, pero que en esta oportunidad tendrá el agregado de estar rodeada de los últimos adelantos de la tecnología, esto es, empleando la virtualidad: el internet y las redes sociales, en las campañas electorales, pues, ya no se usarán las plazas públicas para los famosos mítines, los que, cuando eran multitudinarios y con un  orador persuasivo eran indicadores de triunfo.   

             Y la razón para esta singular manera de llegar a persuadir al elector es el  ambiente de zozobra y tragedia que vivimos desde hace varios meses como resultado de la pandemia del Covid 19 que va dejando un reguero de más de 800 mil contagiados y más de 30 mil fallecidos. Un saldo desolador, pero si bien la curva indicadora se encuentra en descenso no deja de provocar dudas por la amenaza de un posible rebrote.  

            Como ya estamos acostumbrados en esta ocasión nuevamente se presentarán en la palestra electoral una gran cantidad de candidatos calculando que serán hasta veinticuatro candidatos a la Presidencia de la República y hasta 3,120 candidatos a congresistas que representarán a las 24 regiones; sin embargo, a estas abrumadoras cantidades se añadirán, ahora, los candidatos para cubrir dos curules más de parlamentarios que representarán a los peruanos residentes en el extranjero; pero, la particularidad más resaltante es la dación de la norma que permite que hasta el 30 de septiembre puedan inscribirse como militantes en las agrupaciones políticas los ciudadanos que aspiren a ser candidatos en el presente proceso electoral poniendo así en el tacho de la basura aquello de la permanencia de tres años en una agrupación política como era antes dando pase hoy a los advenedizos y vividores de la política proliferando así los “vientres de alquiler”.

           Una permanencia mínima de tres años que debía ser de formación doctrinaria, capacitación en el manejo de la gestión pública y activismo político. Algo más, el presente Congreso de la República no ha tocado, adrede, temas trascendentes para el fortalecimiento de nuestro sistema político como es la eliminación del voto preferencial propiciando así la prostitución electoral y permitiendo la elección de candidatos por su poder económico y no por la calidad de su hoja de vida y sus propuestas que respondan a las auténticas necesidades de la comunidad local, regional y nacional, propuestas las que obligadamente deben tener una base  doctrinaria como garantía de una correcta conducción de los destinos del país.

             Tampoco se ha tocado en su integridad la calidad moral, solvencia de estadista, certificación de salud mental, ni la capacidad ocupacional o profesional de los candidatos de tal manera que, en esta ocasión, sin  ánimo de ser fatalista, este Congreso y hasta la Presidencia de la República no será “más de lo mismo”, sino “peor de lo mismo”. Pero qué se podría esperar de los actuales legisladores en donde, como ayer, muchos de ellos tienen denuncias por violencia familiar, enriquecimiento ilícito y hasta han purgado carcelería como el sujeto de UPP que pidió la pena de muerte para el Presidente Vizcarra por el caso de los audios, un individuo que ha purgado carcelería durante 8 años en  Huancavelica. Y la última, el Congreso impulsa la eliminación de las multas por inasistencia al acto electoral. ¿?

             Este es el panorama electoral que se viene graficando en estos últimos días el cual incrementará aún más el nivel de tensión que vivimos a causa de la pandemia. Un panorama desalentador por el gran número de candidatos cuya idoneidad es una incógnita pues no han pasado por el filtro de una auténtica y justa reforma política y electoral.