Por: Dionicio Mantilla León
Uno de los retos de mayor importancia que habrá de afrontar el futuro gobernante a ser elegido el próximo 5 de junio será el de terminar con el problema de la pobreza y extrema pobreza en el país. Un problema que los últimos presidentes no han podido superar pese a los anuncios demagógicos. Y es que tal problema está íntimamente ligado con el modelo económico que se viene implementando en estas últimas décadas el mismo que, por su misma naturaleza, se inclina a favorecer a unos pocos en perjuicio de otros ahondando así la brecha de injusticia social con su secuela del aumento de la pobreza y extrema pobreza.
Nadie duda de que uno de los temas prioritarios a abordar por un gobernante para sacar adelante al país es el de conseguir el crecimiento económico. Muchos se han ufanado de ello pero ninguno se ha preocupado por impulsar el desarrollo social sin el cual el crecimiento económico pierde trascendencia.
Según el INEI, el crecimiento económico actual asciende a 3.4% pudiendo llegar a 4% en los siguientes meses siendo la meta ideal para el 2017 del orden de 6 %.lo cual sería un indicador de la capacidad de aumento de la economía nacional. Por otro lado, según las proyecciones del INEI a este año el índice de pobreza asciende a 20%(urbano) y 43% (Rural) y, el de extrema pobreza, a 4.3% (urbano) y 14.6% (rural) de la población nacional, males que se visualizan por la insatisfacción de las necesidades básicas de la población: empleo (dependiente o independiente), servicios de agua potable, alcantarillado, luz eléctrica, vías de comunicación, educación, salud, entre muchas más y otros males como: desnutrición, anemia, elevado índice de morbilidad y mortalidad, analfabetismo, etc.
Muy vergonzoso sería que al acontecimiento histórico de nuestro Bicentenario de la Independencia Nacional lleguemos con la mochila cargada con los estigmas de la pobreza y extrema pobreza, estigmas que años atrás, se presentaban de manera muy notoria en las regiones del sur del país, pero que, hoy, se vienen presentando en la parte norte, entre ellos, nuestra región. Una región que, según se sabe, ocupa uno de los primeros lugares en bonanza económica del país por la presencia, sobre todo, del gran Proyecto Especial de Agro exportación CHAVIMOCHIC, la pesca, la gran minería y la industria del calzado.
Pujante economía que, paradójicamente, choca con los paisajes indeseados de la pobreza y extrema pobreza asentados en los alrededores de yacimientos mineros, como el asiento minero Quiruvilca y Shorey, y , según las estadísticas del INEI, también, en los pueblos de la andina provincia de Julcán, los distritos de Condormarca, Bambamarca, Ongón y el distrito de Curgos. Este último, dentro de los linderos de la provincia de Sánchez Carrión.
Pobreza y extrema pobreza al que hoy se ha añadido algo repudiable como es la penosa situación en la que viven los habitantes de los pueblos de El Toro, Shiranmaca, Coigobamba y Paranshique como resultado de la voracidad indetenible de la minería informal y la seuda minería formal asentada, desde hace algunos años, en el cerro El Toro transformando fértiles tierras en fantasmales poblados con desérticos paisajes.
Hermanos campesinos que ilusionados por ganar algunos soles cayeron en las garras de las mafias hambrientas de oro, de quienes, a cambio de su esfuerzo y sudor, incluso de sus menores hijos, han cosechado sólo la contaminación de sus aguas y la destrucción de sus sembríos; han cosechado miseria, abuso y hasta numerosas muertes de sus hijos e hijas. Hermanos nuestros que no llegaron a comprender que la minería irresponsable no constituye una fuente de riqueza válida para el progreso y desarrollo de nuestros pueblos. Una triste situación que ninguna autoridad regional o provincial ha solucionado a pesar de los años transcurridos y pese a las numerosas mesas de diálogo implementadas, mesas que no pasan de ser un saludo a la bandera..
En cuanto al distrito de Curgos ubicado sólo a 20’ de Huamachuco, preguntamos: ¿Qué han hecho las autoridades municipales distritales para superar su estado de pobreza? ¿Qué han hecho las autoridades ediles de la provincia por dicho distrito? ¿Y qué, las autoridades del Gobierno Regional? ¿Era correcto invertir nueve millones y medio de soles en la remodelación de la Plaza de Armas de Huamachuco mientras varios pueblos de Curgos carecen de agua potable? ¿Lo correcto no hubiese sido atender primero el agua potable de Curgos y, luego, el embellecimiento de nuestra histórica Plaza de Armas que, dígase de paso, se encontraba en mal estado? ¿Y a propósito del agua y que hay de este líquido elemento para Huamachuco?
Mientras persista un modelo económico injusto y no haya un cambio de actitud en autoridades y comunidad la eliminación de la pobreza y extrema pobreza de los pueblos de nuestra región será sólo un simple sueño.