En los últimos 5 años, bien sentada en el gobierno, Marisol Espinoza sí supo callarse a la hora de enfrentar la corrupción
- Cecilia Valenzuela
- Periodista
Plancha caliente, plancha quemada, plancha presidencial. El 11 de enero se vence el plazo para las inscripciones de las candidaturas al 2016, y en estos días los partidos y las agrupaciones políticas negocian sus alianzas y sus vicepresidencias. Los rumores van y vienen. Los hombres quieren a una mujer y a un técnico reputado a su lado; las mujeres quieren dos hombres prestigiosos que les ayuden a perfilar una imagen de liderazgo.
Entre los rumores que van y vienen se escucha el nombre de Marisol Espinoza, la actual vicepresidenta de Ollanta Humala, como favorita para integrar más de una plancha presidencial. ¿Qué le parece? De pronto, una vicepresidenta que se quedó callada mientras la primera dama usurpaba las funciones del presidente, y que guardó silencio mientras el gobierno usaba la DINI para perseguir a sus adversarios políticos, incluida ella, se convierte en el mejor de los jales.
Es decir, si Nadine Heredia te ningunea primero y te persigue después, ¡y tú te quedas callada!, te conviertes en vicepresidenta vitalicia. Por qué, entonces, no se quedó callada cuando viajó a Bagua, en marzo del 2009, para azuzar a los nativos que luego protagonizaron el ‘baguazo’.
“En Choropampa, cada día, muere una persona”. Así mintió Marisol Espinoza durante una reunión con el apu awajún Zebelio Kayap y otros dirigentes nativos en los días previos al ‘baguazo’. Ella hizo la referencia a propósito del derrame de mercurio ocurrido en Cajamarca, durante el año 2000, y donde hubo personas afectadas porque recogieron el mercurio sin protección. Gracias a Dios, nadie falleció.
En el video, donde se registra y se guarda para la historia semejante insensatez, aparecen también los nacionalistas Yaneth Cajahuanca y Víctor Isla advirtiéndoles a los líderes awajún –en el mitin a puerta cerrada grabado por un corresponsal extranjero– que “les van a matar sus aguas y sus cerros”.
El ‘baguazo’ sumó un sinnúmero de desaciertos y fallas cometidos por las autoridades del entonces gobierno aprista; pero los nacionalistas, liderados en esa cruel aventura por Marisol Espinoza, no pueden lavarse las manos: los 24 policías que murieron emboscados y cosidos a puñaladas a merced de nativos enardecidos fueron las víctimas inocentes de un discurso extremo y falso, regado irresponsablemente por políticos fanáticos entre los que estaba la vicepresidenta actual.
En los últimos cinco años, en cambio, bien sentada en el gobierno, Marisol Espinoza sí supo callarse a la hora de enfrentar la corrupción que crecía a su alrededor en el gobierno que integró hasta la fecha necesaria para desvincularse y acceder a una invitación de otra agrupación. Y no solo tiró la piedra y escondió la mano en los meses en los que se gestó el ‘baguazo’. Durante el año 2007 fue una tenaz opositora al proyecto minero Río Blanco en la sierra de Piura, allí por donde ahora transitan, a falta de Estado y empresas formales, los traficantes de cocaína y los que transportan el látex de la amapola que sale de nuestro país para convertirse en opio en otras latitudes.
Y frente a esa realidad, ¿qué ha hecho la vicepresidenta? ¿Qué ha propuesto desde su privilegiada ubicación como integrante de la bancada más fuerte en el Congreso? Nada, más allá de su fugaz aparición en Los Simpson, solo conocimos su silencio.(el comercio)