La llegada del verano no solo es sinónimo de playa, sol y alegría sino, además, deben evitarse la propagación de enfermedades
Las autoridades deben tomar cartas en el asunto| Foto: Archivo
La llegada del verano no solo es sinónimo de playa, sol y alegría sino, además, de medidas correctivas que las autoridades deben adoptar para evitar la propagación de enfermedades estacionales.
Por ejemplo, una de estas es el famoso virus del dengue, cuyo agente transmisor es el zancudo Aedes Aegypti, que se incuba en los reservorios de agua limpia. Por ello, es muy importante que la Gerencia Regional de Salud (Geresa) se preocupe por diseñar estrategias claves para informar a la población sobre las medidas y riesgos que implica, por ejemplo, llevar floreros con agua en los cementerios.
Otro de los males característicos de la calurosa estación es la peste bubónica debido a que las grandes cantidades de desechos acumulados en los mercados locales atrae a una gran cantidad de moscas y roedores que pululan por el lugar en estado de rápida descomposición que genera fétidos olores.
Según el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas (Iren), el cáncer de piel tampoco se queda atrás, ya que muchas personas acostumbran asistir a las playas para broncearse o darse un chapuzón en el mar, sin tener conciencia de que la destrucción de la capa de ozono produce genera la aparición de raras manchas o carcinomas en el rostro, brazos u otras partes del cuerpo de las personas.
Ello debido a la excesiva exposición a las radiaciones solares que en esta época son muy altas. De igual modo, el director del Instituto Regional de Oftalmología (IRO), Jaime Huamán Pereyra, recordó que la fuerza dañina de los rayos solares afectan la visión de las personas y les provoca males como conjuntivitis, queratitis, entre otras. Para ello es necesario el uso de lentes con protección ultravioleta para proteger los ojos.
Esto indica una fuerte campaña de sensibilización que los funcionarios de salud deberían realizar para informar a la población las ventajas y riesgos de protegerse contra estas potenciales enfermedades.
Otros males bastante comunes son los gastrointestinales, la deshidratación e infecciosos provocados por la irresponsable ingesta de alimentos preparados por comerciantes informales, sin ninguna garantía sanitaria que avale calidad
para quienes los consuman.
Es justo aquí en donde deberían entrar a tallar las autoridades regionales y municipales para erradicar la presencia de ambulantes que oferten productos que atenten contra la salud de las personas.
Pero, sin duda alguna, quien tiene la mayor responsabilidad de decidir es el mismo poblador. El ciudadano tiene el poder de elegir cómo cuidarse.(la industria)