Nacimiento en vivo en la catedral de Huamachuco.Foto: Beto Mendoza.
Por: Dionicio Mantilla León
“¡El Señor está contigo! ¡Bendita tú eres, entre todas las mujeres! ¡Ahora concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo y lo llamarás Jesús. Será grande y será llamado el Hijo del Altísimo! ¡Y el Señor Dios le dará el trono de su Padre David! ¡El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra! ¡Por eso el que ha de nacer será llamado Santo, el Hijo de Dios!” (San Lucas: 1: 28,35) Es la dulce y celestial voz de un ángel que jubiloso anuncia el misterio de la concepción de María. Entonces María le respondió: “¡Yo soy la sierva del Señor. Hágase en mi conforme a tu palabra!”
Humildes frases de María coronadas por el nacimiento del Hijo de Dios ocurrido en una fecha aún no definida, pero que para la casi totalidad de cristianos del mundo, fue a las 00 horas del 24 de diciembre de hace 2,014 años. “Y de repente, apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz entre los hombres de buena voluntad” (San Lucas: 13, 14). De esta manera, la luz que apareció en Belén de Judea señalando el pesebre en donde nació Jesús se tornó maravillosa, mágica y esplendorosa. ¡Enhorabuena, a los hombres y mujeres del mundo porque ha nacido el Hijo de Dios, el Unigénito, nuestro Salvador y único Intercesor ante Dios Padre, creador del Universo!
Para quienes somos cristianos y hemos tenido el altísimo honor y privilegio de sentir la presencia del Divino Hacedor en varios momentos de nuestras vidas, sobre todo en algunos acontecimientos que conmovieron al pueblo de Huamachuco, nos llenamos de regocijo cada Noche Buena, fecha en que renovamos nuestra fe y confianza en el Hijo de Dios. Una fecha de grata recordación y que fortalece la unidad familiar y la fe de nuestros pueblos.
Mientras, en medio de la desesperación y angustia que nos provoca una terrible enfermedad exista una luz de fe de sanación, allí estará Jesús y allí habrá nacido el Hijo de Dios.
Mientras, en medio del fragor de la batalla, exista un hombre con ánimo de paz allí estará Jesús y allí habrá nacido el Hijo de Dios.
Mientras, en medio de los problemas y conflictos generados por el hombre, exista alguien con deseos de hallar una armoniosa solución, allí estará Jesús y allí habrá nacido el Hijo de Dios.
Mientras, en medio de los odios y rencores, exista un alma con un atisbo de amor y armonía allí estará Jesús y allí habrá nacido el Hijo de Dios.
Mientras, en medio de los deseos de venganza y muerte, exista una intención de perdón y vida, allí estará Jesús y allí habrá nacido el Hijo de Dios.
Que cada 24 de Diciembre renovemos nuestra fe en un hoy y en un mañana de fe, paz, amor y perdón entre todos los seres humanos, creación amorosa de Dios. Que la mano generosa del Hijo de Dios nos proteja de los avatares de la vida y de la inseguridad en que hoy vivimos por designios del maligno guía de ladrones y asesinos. Que la luz de la honradez que nos dejó Jesús disuada las mentes desquiciadas y tenebrosas de los corruptos e inmorales que van sembrando los caminos de los pueblos de la inmundicia del robo y la codicia.
Que el nacimiento del Hijo de Dios signifique, hoy y siempre, para Huamachuco y nuestra región, el comienzo de un transitar por caminos de armonía entre autoridades y pobladores para, con un trabajo honesto y responsable, alcanzar juntos las metas del desarrollo y bienestar. ¡Feliz Navidad!