viernes, 26 de diciembre de 2014

Bodas de Oro: Estación Sonora Libertad

Huamachuco

El escritor huamachuquino Aristóteles Cruz Ledesma, gentilmente nos proporcionó esta crónica sobre Estación Sonora Libertad que cumplió este 24 de diciembre sus Bodas de Oro, 50 años. Felicitaciones por el escrito que nos hace recordar y volver a vivir la música y los tiempos de entonces. (Beto Mendoza)


Por: Aristóteles Cruz Ledesma

ESTACION SONORA LIBERTAD  

            ¡Mucho gusto, buenas noches! Con ustedes el Programa Favorito de Huamachuco Nocturno “¡FESTIVAL DE MELODIAS!”

            08:00 de la noche en punto. Los parlantes de la Sonora “Libertad” empiezan a vibrar, dando  inicio, como cada noche al carrusel de canciones dentro de una  programación debidamente estructurado.

            En el aire las voces bien impostadas de los hermanos Carlos y Alberto Flores Ledesma se  siguen escuchando nítidamente como hace 48 años. Y aún parece que fue ayer.

                                                              *****

-          ¡Mamá, voy un ratito a la plaza con Charo!
-          Pídele permiso a tu papá, Sarita.
-          Es que ha salido con sus amigos.
-          Está bien, pero apenas acaba la Sonora, ya está aquí.
-          Si mamí, eres un ángel, por eso te quiero.
-          ¡Seguro!

           Las dos amigas más que correr parecían que volaban, conforme se acercaban a la plaza iban percibiendo las nota melódicas del argentino Leonardo Fabio: “…Quiero aprender de memoria/ con mi boca a tu cuerpo/ muchacha de abril/ y recorrer tus entrañas/ en busca del hijo que no ha de venir…Empezaron a dar vueltas alrededor dialogando sobre  sus tareas estudiantiles, de sus profesoras del Colegio “Florencia de Mora de Sandoval” y  de los chicos de la Gran Unidad Escolar “San Nicolás”. Charo decía:

-          …Y entonces se me acercó y dijo que estaba enamorado de mí -  por fin la declaración que tanto esperaba -,  sentí que unas mariposas revoloteaban dentro de mi estómago, las piernas empezaron a temblarme y el corazón  golpeaba mi pecho con tanta fuerza que me impedía hablar. De pronto sentí sus labios en mi boca… ¡Y ya!
-          ¿Ya qué?
-          Desde ahí somos enamorados
-           ¿Así de fácil?
-          Claro que esperabas ja,ja,ja.

                                                                    *****

           Allá por el año 1960, don Alejandro Flores Pinillos  recibió la invitación de la Compañía Alemana “Philps” para que sea distribuidor oficial de la Marca.  Dos años después, la señora María Julia Zavaleta Marino, directora del Colegio “Florencia de Mora de Sandoval” (funcionaba en la propiedad de la familia Fuentes Revelo, calle Simón Bolívar), solicita un equipo de sonido para sus actuaciones cívicas, escoge el modelo y es pedido a Lima, pronto fue enviado y  entregado a la solicitante. Sin embargo, a las pocas semanas pide   al señor Alejandro  que si fuera posible   cambiarlo por otro de menos watts de potencia y fue aceptado.
 
             En marzo de 1963, don Arístides Iparraguirre Rodríguez, administrador del Cine Teatro Municipal, muy amigo de don Alejandro, al ver el equipo de sonido manifiesta.

-          Don Alejandro por qué no lo utiliza y pone música como propaganda de su establecimiento.
-          Claro, por qué no, y así aprovechamos para probar los discos que nos envían de promoción.

           Y así se hizo, pero quien disfruto más en la selección de los discos fue Carlos, el hijo mayor de los Flores Ledesma. Cuantas veces sus familiares han sonreído con sus ocurrencias sobre todo cuando cogía un vaso y lo utilizaba como micrófono para imitar la narración  de encuentros deportivos,  noticias o a presentar un disco sin saber que el destino le tenía preparado una sorpresa.

            Los meses fueron pasando y en noviembre del mismo año, nuevamente don Arístides llegó por la tienda de don  Alejandro y le dijo:

      -   Don Alejandro he visto que clientes y amigos se acercan a su tienda con la finalidad   de escuchar música.
 -  Así es mi estimado amigo.
 -  Quiero sugerirle algo don Alejandro.
 -  A ver, dime de qué se trata.
 -  Simplemente que  extienda esta hermosa secuencia melódica,  pero con más parlantes. Y si usted lo permite, yo ofrezco mi tienda como centro de operaciones y por supuesto un parlante pondré en mi balcón ¿Qué dice usted?
 -    Bueno si tú te encargas de administrarlo  y hacer de locutor. ¡Está bien!
 -    Yo también acepto, pero que nombre le ponemos.
 -    ¿Cuál sugiere don Arístides?
 -    Propongo que sea Estación Sonora Libertad.
 -    Mmmh… Me parece  bien,  de acuerdo.

           El equipo se instaló como se había acordado, empezando a funcionar el 24 de diciembre de 1963, a las 09 de la noche en la casa asignada con el número 430 de la calle José Balta, frente a la Plaza de Armas, teniendo como único locutor a don Arístides Iparraguirre Rodríguez. Un cajabambino de 29 años que llegó a Huamachuco el 06 de abril de 1959  (fue  administrador de Cine Teatro Municipal hasta 1979).

          Ya en el aire, la música se escucha de una guitarra que brota de los surcos negros de un disco. Notas imposibles que rasgan los nervios, la nostalgia y penetran en las pequeñas cosas que se van diluyendo. Son notas que trae la ausencia y que pese a todo no logran desprenderse del vacío irrisorio y cruel de un mundo que no tolera quedarse afuera cuando dos se funden en su  propia música. El hombre y su guitarra eso era Jimmy Hendrix

           Por aquellos días llegaban a la ciudad muchos comerciantes en sus camionetas a ofrecer una serie de artículos como telas, mercería etc. y se instalaban  tendiendo sus carpas y amarrándolas a los clavos que ponían en los muros del Campanario, uno de ellos al escuchar la música, le dijo al otro:

-          Escucha, no conozco otra ciudad  que tenga una Estación Sonora.
-     Sí pues, que  interesante ¿Verdad?

           Quien hubiera imaginado que esa sencilla  frase: “Estación Sonora” agregado a la expresión más grande del género humano: “Libertad”  perduraría a través de los años. Y fueron pasando los días  y pronto se instalaron parlantes en las cuatro esquinas de la plaza y a solicitud de los moradores de las “Cinco Esquinas”, quienes ofrecieron el cordón para el tendido, el parlante se instaló sobre el balcón  de la casa de la actual familia Acosta, identificándose en Jirón Lara N° 499, igual pedido hicieron los moradores de la calle Bolívar y se instaló en la intersección de la calle Sánchez Carrión y Bolívar, hoy “Hostal Ramírez”.

         Un año después se cambia de local para funcionar en el jirón Castilla (actual Hotel Colonial),asumiendo la responsabilidad administrativa y en la locución Carlos Flores Ledesma hasta fines de 1965, que viaja a la  ciudad de  Lima  y trabaja en varias  emisoras radiales, posteriormente en  Radio “Unión” y al poco tiempo en Radio “América”, que se caracterizaba por tener muy buenos programas y por donde desfilaron Nicomedes Santa Cruz, Pablo de Madelengoitia, el Carreta Jorge Pérez, Humberto Velásquez, Jorge Peláez Rioja y Carlos Rojas , entre otros grandes personajes. Y fue en Radio “América” donde  grava junto a su hermano Alberto, la característica que identificaría la apertura del programa de la Sonora, utilizando el tema  “Popsy” de Ray Conniff  y para identificar uno de los programas clásicos de las 08 a 10 de la noche : “Festival de Melodías”  utilizan el tema  “Pantalones de Fantasía” de Al Hirt. Posteriormente Carlos empieza a trabajar en Canal 4 de Televisión junto a Arturo Pomar y  Raúl Ferrero Colton. Pasaron algunos años de trabajo intenso combinado con estudios de periodismo en la Universidad Católica del Perú y a comienzos de 1972 gana un concurso de la “Organización de Estados  Americanos” como Oficial de Información en Lima, lo que significó su renuncia a Radio “América” y Canal 4, para iniciar una larga e impecable carrera en la OEA lo que lo llevó a instalarse en Washington, donde se desempeño primero como Jefe de Radio y posteriormente como Jefe de Prensa con la responsabilidad de proyectar la imagen de la OEA a nivel internacional, al mismo tiempo formar parte de las Misiones de Observación en la mayoría  de países de América Latina.

          En el año de 1975 fue llamado por Panamericana Televisión para trabajar en el noticiero “24 Horas” y el programa  “El Público Quiere Saber”. En el año 2003 decide jubilarse y actualmente conduce  un programa de tipo cultural “De Canto a Canto” en Radio “Filarmonía”.

           Pero volvamos al año 1966, luego que la “Estación Sonora Libertad” se sumiera en el silencio  asume la posta Alberto Flores Ledesma, hasta que, a fines del año 1969,  viaja a la ciudad de Trujillo  y trabaja en Radio “Primavera” por un espacio de ocho meses, luego  viaja a la ciudad de Lima y trabaja en Radio “Santa Rosa”, posteriormente en  Radio “América” (1970) y llega a formar parte  del staff de locutores profesionales participando en los noticieros  y en los programas de música del recuerdo, luego en el Noticiero de  “Canal 4” en el programa ”Hoy”; años después ocuparía el cargo de Secretario de Organización de la Asociación de Locutores del Perú. En el año de 1982 viaja a Miami (EE.UU.) para contactarse con el presidente de la   Federación de Locutores  de Estados Unidos, el cubano Guillermo Stenós, quien le pide  que durante su estancia   sea el narrador de noticias de Radio “Reloj” de WQBA “La Cubanísima”. Al cabo de seis meses regresa al Perú a reintegrarse a sus labores  de Radio “América” y “Canal 4”, hasta el año de 1985  que  viaja a Washington a trabajar en Radio “Marti” en el programa de    “La Voz de los Estados  Unidos de América” hasta 1997, cuando una empresa particular de Miami contrata sus servicios para trabajar en un programa de noticias a nivel nacional, donde permanecería hasta el 2004 tiempo que decide dejar definitivamente la locución y volver al terruño.        

            Seguramente que ni  sus padres ni nadie de la familia podían imaginar que con la creación de la “Estación Sonora Libertad”, a los hermanos Flores Ledesma, ya les estaban dando una profesión
  
                                                                      *****
                                                                                                                              
           9:55 PM.

           Una jornada más,  uno de los tantos  que va llegando al  final de la transmisión del programa “Festival de melodías”. En eso, unos pasos se acercan tropezando hasta   la ventanilla de la cabina donde se encuentra el conductor y con voz aguardentosa manifiesta:
   
       -  ¡Pucha, llegue a las justas! Oye colorao – se refería a Alberto “Betín” Flores” -, toma tu sol y ponme “Pa todo el año”
       -   Cómo no, mi estimado Elmer – la respuesta era para Elmer “Zarquillo Zegarra uno de los hermanos “Cunshyos” -, enseguida daremos cumplimiento a su pedido.
       -   Pásalo completito colorao – al  salir se fue de muelas contra el suelo y desde allí aún pudo decir -, yo voy a estar escuchando…

           En unos segundos el aire se fue llenando de la voz inconfundible del mejicano José Alfredo Jiménez: “Por tu amor que tanto quiero/ y tanto extraño/ que me  sirvan una copa/ y muchas más/ que me sirvan de una vez/ pa todo el año/ que me siento seriamente emborrachar…”

           El hombre, con paso vacilante se fue perdiendo en las sombras de la noche degustando de su canción y cantando a su manera la letra que le traían   recuerdos de  viejos amores: “Si te dicen que me vieron/ muy borracho/ orgullosamente diles/ que es por ti…”

           Al silenciarse la Sonora,  en la plaza no quedaba ni un alma, todos se recogían a sus hogares o buscaban refugio en el bar “El Danubio” con el pretexto de contrarrestar el frío de la noche con exquisitas copas de thermolín preparadas por el señor Segundo Quipuzcoa Zavaleta

            A inicios de 1971, para cubrir la ausencia de Alberto Flores, muchos huamachuquinos, animosos  convencen a don Alejandro para la reapertura de la Sonora. Desfilando en la conducción: Mario Ramírez, Hernán Rebasa Jara, Américo Chávez Viera, Humberto Moreno Díaz,    Lucio Pastor Layza, Amada Violeta Flores Ledesma, Carlos Altuna, Juan Gamarra Vargas, Nicanor Castillo, todos ellos aficionados a la locución, fueron los eslabones para   que la Sonora no pierda la vigencia de sus actividades y programas como la  de dar espacio abierto a la efemérides, actuaciones cívicas, programas  establecidos debidamente estructurados y horarios rígidos de lunes a viernes (1era. audición: 1 á 2 de la tarde, 2da. audición: 6 á 7 de la noche y la 3era. audición: 8 á 10 de la noche), los días sábado y domingo la programación era más extensa, tanto en la mañana, tarde y noche donde no faltaba la selección de la mejor música, mensajes, dedicatorias, bajo la más estricta norma de ética y las buenas costumbres. En pocas palabras: “un medio de difusión abierto a la Cultura”       

            Las ondas radiales de la Sonora siempre fueron de gran utilidad para los jóvenes enamorados, quienes en cortos mensajes se enviaban temas musicales con gran contenido poético como: “Cuanto te amo” interpretado por Jimmy Fontana, “Si las Flores pudieran hablar” de Nelson Ned, “Amor en el aire” de Rocío Dúrcal, “Nunca te dejaré de amar” de Palito Ortega, “Yo soy aquel” de Ráphael, “Quiero llenarme de ti” de Sandro, “Fuiste mía en verano”  de Leonardo Fabio, etc., muchas veces se escogían temas que manifestaban la ruptura de un romance como: “La cadena se rompió”, “Pobrecito” de V Parlamento, “Media vuelta” de Javier Solís, “Compasión” de Django. También  se buscaba la manera de decirle al ser amado que todavía podía haber otra oportunidad y allí estaban el Greco con su “Nave del Olvido”, Los Iracundos con “Chiquilina” y “Te siento más distante”, Nilthon César y “Cerca de los ojos, lejos del corazón”, Nicola Dibari con  “Liza de los ojos azules”, Roberto Carlos y su “Gato en la oscuridad” José, José con “El triste”, Piero con “Si vos te vas”. Y una gran lista para todos los gustos.

            Años después,   el equipo y demás accesorios  de la Sonora fueron transferidos, en propiedad al señor Mario Carbonel Vega, llegando a funcionar en el jirón Miguel Grau N° 490, conocido como “la Calle del Correo”. En esta etapa los nuevos locutores fueron: Ciro Meléndez Galarreta, Jorge Ávila Cisneros, José Morales Cabrera,  Moisés Zarate, Oswaldo “Joao” Rojas Caballero, Henry Aldo Cabrera Medina.

           La Sonora pese a haber cambiado de dueño seguía manteniendo su estricta programación  y sus mensajes musicales. Sin embargo en algún momento  el corazón de un locutor no pudo sustraerse al encanto de una bella mujer que residía cerca a las “Cinco Esquinas”, entonces poniendo  toda su pasión lanzó al aire su inconfundible voz con la plena certeza  de ser escuchado.

-          Es “Festival de Melodías” en Huamachuco Nocturno y  don Julio Iglesias nos entrega el tema “Júrame” – aquí el locutor vierte toda su sensualidad masculina y exclama con verdadera pasión -: ¡Para ti, que me estas escuchando!

          En la puerta de su tienda la hermosa fémina, de tez morena cual suave terciopelo, abanica sus  grandes ojos negros y sus labios tiemblan pero callan al deseo de  ser besados. Ella sabe que cada  noche a la misma hora su amor imposible le enviará una canción directo al corazón para acunarse   bajo el embeleso de ser correspondido silenciosamente, sin atreverse a gritarlo a los cuatro vientos  porque la sociedad con sus normas hipócritas no lo entenderían. De pronto, mira el cielo estrellado y  ahoga un suspiro, pero no puede evitar que sus turgentes senos se estremezcan  debajo de la blusa de seda

           El locutor dentro de la cabina  escoge otro disco,  lo coloca en el torna mesa y el platillo comienza a girar, las notas melódicas   del grupo “Fresa Salvaje” invaden la calle Lara, la noche se llena de encanto y el interprete a manera de suplica empieza a canta r: No mi negrita linda/ que es lo que tengo en el corazón/ que ya no como ni duermo/ vivo pensando sólo en tu amor/ Hay muchos que me aconsejan/ que te abandone, que me haces mal / y yo no lo que pasaque cada día, te amo más…- En estos precisos momentos el locutor que ya no puede con sus angustia manifiesta -: ¡Para ti, que me estas escuchando!
    
           En el año de 1980, siendo alcalde el señor Ricardo Wolcoot Morales es aconsejado que la “Estación Sonora Libertad” debería continuar  en el aire, sobre todo porque era parte de la historia de Huamachuco, por su aporte a la cultura y la nostalgia que sienten los coterráneos al regresar a su lugar materno, desde entonces,  empieza una nueva generación de locutores iniciándose con el señor Raúl Ledesma Paredes, posteriormente  Robbie Rojas Muñoz, Alberto Villanueva, Fernando Polo Rodríguez, César Lescano Gavidia, Marcos Roncal Campos, los cuales se convirtieron en “Maestros de Ceremonias” en actos públicos como   lo sigue haciendo el señor  Juan Joseph Díaz Mauricio,  último “sobreviviente” de toda una Pléyade de comunicadores sociales aficionados a la locución que imparten cultura con un fondo melódico que llega hasta la fibra más sensible del ser humano.

           Si tuviéramos que enumerar cuantas personas se llegaron a enamorar paseando alrededor de la plaza, sería imposible, solo podemos decir sin lugar a equivocarnos que muchas de de ellas se juntaron  jurándose amor eterno,  llegaron al matrimonio y hoy son respetables ciudadanos y abuelos, que deben sentir la nostalgia de aquellos tiempos que fueron mejores, donde los temas musicales eran verdaderas obras de arte poético.

          El mundo seguirá girando interminable, se compondrán  muchas melodías, pero como aquellas que  llegaron al alma de una hermosa, pero efímera juventud, ninguna.

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             La noche esta tachonada de picaros centelleos, con esa  luna dormida que incitaba a soñar, en la plaza las parejas de enamorados pasean planificando su romance, nadie se percata que  en una banca de madera, bajo un añoso eucalipto, a pocos pasos del local de la Policía Nacional del Perú. Fernando R. miraba sin ver a la nada, se encontraba completamente sólo, en una soledad que le desgarraba el corazón, su mundo en esos instantes era gris donde todo parecía haber sido olvidado por la vida, donde la luz se ha ajado como un papel viejo. La mujer que un día lo hizo soñar ya no estaba, se fue, no volverá. El locutor de la Sonora va anunciando la canción que él ha pedido en la voz de Carlos Javier Beltrán. 

                                             “Sólo ayer, tan sólo ayer,
                                              yo  te deje partir sin poder comprender
                                              que eras tú la luz de mi existir
                                              y tarde me di cuenta cuando me equivoque.

                                              Pensar que solo ayer jugaba con tu amor,
                                              creyendo que en mi vida tú eras una más
                                              de tantas aventuras; que triste es comprender
                                              cuando es muy tarde ya y todo terminó.

                                              Realidad que viene del ayer,
                                              ya nunca te tendré, ya no vendrás a mí,
                                              muy sólo y triste, sé que todo se perdió,
                                              tu amor, mi juventud, nuestra tierna ilusión.”

              Fernando es consciente que sus  ojos se van anegando en llanto, siente una sacudida violenta en todo sus ser, un crujido áspero en el cerebro y luego una oscuridad total en una inconsciencia absoluta.

                                                                       *****

              Cuando abrió los ojos y pudo pensar se dijo: ¿Esto es el tránsito de la vida  a la muerte? ¿O simplemente un despertar en el otro mundo? Entonces se percató que no estaba sólo, ella estaba a su lado. Era como vivir un sueño increíble, un mágico hechizo que, en cualquier momento, podía romperse, para despertar a la realidad cruda y lógica, descubriendo que nada de aquello era verdad.

Ella frente a él le miraba  dulce y tristemente con sus hermosas e inquietantes pupilas.

    -   Sí.- afirmó ella, con un pestañeo melancólico – sí soy yo, te he buscado porque no puedo ya vivir sin ti. Porque he comprendido que el amor lo perdona todo.

          Fernando tras unos instantes de aturdimiento y perplejidad se da cuenta que está en la misma banca y bajo el eucalipto donde se puso a escuchar la canción. También se percató que la Sonora estaba por finalizar su audición.

    -   ¿Entonces no estoy muerto?
    -   Muerta de angustia estuve yo, por el susto que me has dado con tu desmayo.
    -   ¿Qué yo me...Quéeee...?. – puso los ojos como de borrego moribundo sin llegar a concluir su pregunta.

          Una risa musical, melodiosa, escapó de los labios de la joven mujer. Sus ojos miraron el rostro varonil con triste dulzura, acercó su boca a la de él y los dos se sumieron en un dulce embeleso. No  fueron conscientes que el locutor en esos instantes decía:

    - ¡Transmitió para ustedes Estación Sonora Libertad. “La Voz de la Sierra Liberteña”.  

          Unas cuantas notas ribetearon el final, luego ¡Silencio!