Por: César Lévano
Por entremedio de la presente quiero manifestar una preocupación, mejor dicho dos y hasta tres: 1. El alcalde de Trujillo, César Acuña, en la inauguración de la Feria del Libro trujillana: “quienes me conocen saben que no leo ni escribo nada”. 2. El gerente de la encuestadora GfK, Hernán Chaparro, al parecer no lee sus encuestas.
El señor Acuña es alcalde de la Tercera ciudad del Perú, una urbe en la que nació Víctor Raúl Haya de la Torre y en la que los anarquistas encabezados por el negro Julio Reynaga fundaron, a principios del siglo XX, una biblioteca a la que acudía el adolescente Haya. En esa capital surgió en los años 20 del siglo pasado el Grupo Norte, que renovó la cultura y la política del país. César Vallejo inició en Trujillo su carrera intelectual.
En la universidad trujillana se graduó Acuña de ingeniero. Más tarde obtuvo Maestría en Dirección Universitaria en la Universidad de los Andes en Colombia y otra en Administración de la Educación en la Universidad de Lima, y se doctoró en Educación en la Complutense de Madrid.
Con esos títulos, y pese a la poca lectura, fundó la Universidad César Vallejo de Trujillo, con sedes en Piura, Chimbote, Tarapoto, Lima Norte y Lima Este. Sus creaciones más recientes son la Universidad Señor de Sipán de Chiclayo y la Universidad Autónoma del Perú en Villa el Salvador, Lima. Gran parte de su alumnado y de sus ingresos se debe a los cursos a distancia para maestros de provincias. Su manejo de esos centros de estudio es autoritario.
Aparte de ese currículo académico, don César es dueño del equipo del Club Deportivo César Vallejo y de una cadena de televisión regional. Por añadidura, es Presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú y miembro de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción.
Se trata, en suma, de un personaje de mucho poder y de un poderoso mal ejemplo cultural, sobre todo para los miles de estudiantes y maestros que siguen cursos en sus universidades.
Otro caso que me inquieta es el de la encuesta realizada por GfK para La República. Expresa el gerente de la empresa, Hernán Chaparro: “Cabe resaltar que el soporte al Sí es mayoritario en los niveles socioeconómicos más bajos”.
Pero en el cuadro publicado por su institución se ve que en ocho días, finales de febrero, el voto válido por el “No” subió en el segmento C, el ampliamente mayoritario, de 40 a 43 por ciento; en el D bajó de 41 a 36 por ciento y en el E, de los muy pobres, subió de 31 a 44 por ciento (13 puntos en una semana). Los números desmienten al gerente.
Otra preocupación es la catástrofe gramatical en los medios, incluida LA PRIMERA. En una columna mía Karl Marx se transformó en Karl Mark. En Canal 7 se informó que la salud de Hugo Chávez se había agrabado (con esa b de buitre). ¿Ké nos paza?