Se descubrió la verdad en torno a la desaparición de Karla Isolina Bocanegra Fernández (34), cuyo cadáver, que presentaba dos orificios de bala (uno en el cráneo y otro en el pecho), fue encontrado dentro a espaldas del cerro Cabras, en el lugar conocido como “Las Canteras de Alto Trujillo”.
Con tal hallazgo se puso en evidencia que la fémina fue asesinada nada menos que por su pareja, el agente de seguridad de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), Walter Mendoza Ramos, quien para despistar a las autoridades denunció en su momento la huída de su pareja, y negó que él tuviera responsabilidad alguna en ello.
Es más, dejó entrever que su pareja habría escapado con su amante. Precedente. Como se recuerda, a Karla Bocanegra se le vió por última vez con vida el pasado seis de abril (viernes santo).
El sereno refirió al respecto que estuvo con ella un momento por el mercado Mayorista y desde ahí no volvió a verla más. Dijo incluso que le extrañaba la desaparición de su mujer. “Discutimos, pero ella no dejaría a nuestros hijos”, expresó ante la Policía.
No obstante, el padre y los vecinos de la víctima levantaban su dedo acusador en contra del sereno, de quien referían que golpeaba constantemente a la fémina, a la que incluso llegó a arrastrar de los pelos en plena vía pública, según refirieron.
Hallazgo delator. No obstante, el último viernes agentes del Departamento de Homicidios de la División de Investigación Criminal (Divincri), al mando del mayor PNP Guillermo Fernández Castillo, efectuaron un operativo por las “Canteras de Alto Trujillo”, en coordinación con el Ministerio Público.
Esto a raíz de una información confidencial recibida por la Oficina de Inteligencia de la III Dirtepol sobre un cuerpo enterrado en la zona.
Es así que al promediar las tres de la tarde, dieron con la ubicación exacta del cadáver y lo desenterraron de la fosa de dos metros de profundidad en la que se encontraba, en posición de cúbito ventral.
Por su elevado estado de descomposición el cuerpo fue derivado a la morgue de Ascope. Cabe precisar que a veinte metros de la fosa estaba enterrada una palana.
Celos. Luego del macabro hallazgo, la Policía concretó la detención de Walter Mendoza en Víctor Larco. El hombre fue conducido al complejo policial San Andrés, donde aún permanece.
El sereno confesó su crimen, y llegó a referir que lo hizo porque su pareja quería quitarle a sus hijos por la vía judicial y porque mantenía una relación con el abogado que veía el proceso.
“La muerte es poco”. Vecinos de la víctima exigieron entre gritos que el sereno sea condenado a cadena perpetua por su delito, puesto que perder la vida sería poco castigo para él. “Ese hombre debe pudrirse en la cárcel por maldito”, opinó con indignación Redeldina Calvo Aguilar, quien dijo que el sereno se burlaba cuando ella y sus vecinas iniciaron una campaña para encontrar a Karla Bocanegra. (Correo)