Por: Luis Peña Rebaza
Estoy seguro que si a muchos huamachuquinos le formulamos esta pregunta es probable que nos responda afirmativamente. Pero, de repente, lo que han hecho es ir a Markahuamachuco, pero eso no implica que lo hayan conocido.
¿Es este un juego de retórica?
De ninguna manera y vamos a explicarlo. Muchos o muchísimos han ido a nuestra maravilla del Perú, es muy cierto. Pero, han ido con el fin de tomarse fotos, algunos necios se trepan a los muros creyéndose cabezas clavas; fotos que luego, todo campantes, publican en su facebook. Otros han ido de picnic: música chicha a todo volumen, fruta, galletas, gaseosas, ron, vino o chelas de por medio, como aquella desgraciada turba de analfabestias que invadió sus recintos con ocasión de un primero de mayo y, ¡horror, encabezados por algunas autoridades que, al parecer, no se han dado el tiempo de leer ni su partida de nacimiento! dejando a Markahuamachuco peor que si hubiesen pasado por allií los potros de los bárbaros Atilas.
Conocer Markahuamachuco tiene otra connotación. Implica visitar con el debido respeto el complejo arqueológico y sus recintos, enterarse de su significado, en qué periodo se construyó, para qué servía, cuál fue su uso, qué función cumplían los galpones nichados etc. Conociendo esos y otros detalles es posible identificarse y sentirnos orgullosos, para así conservar ese invalorable legado de nuestros antepasados, pues nadie puede amar y, sobre todo, conservar lo que no conoce, lo que ignora. He ahí el detalle
Entonces, formuladas las dos premisas, reitero la pregunta:
¿Es este un juego de retórica?
De ninguna manera y vamos a explicarlo. Muchos o muchísimos han ido a nuestra maravilla del Perú, es muy cierto. Pero, han ido con el fin de tomarse fotos, algunos necios se trepan a los muros creyéndose cabezas clavas; fotos que luego, todo campantes, publican en su facebook. Otros han ido de picnic: música chicha a todo volumen, fruta, galletas, gaseosas, ron, vino o chelas de por medio, como aquella desgraciada turba de analfabestias que invadió sus recintos con ocasión de un primero de mayo y, ¡horror, encabezados por algunas autoridades que, al parecer, no se han dado el tiempo de leer ni su partida de nacimiento! dejando a Markahuamachuco peor que si hubiesen pasado por allií los potros de los bárbaros Atilas.
Conocer Markahuamachuco tiene otra connotación. Implica visitar con el debido respeto el complejo arqueológico y sus recintos, enterarse de su significado, en qué periodo se construyó, para qué servía, cuál fue su uso, qué función cumplían los galpones nichados etc. Conociendo esos y otros detalles es posible identificarse y sentirnos orgullosos, para así conservar ese invalorable legado de nuestros antepasados, pues nadie puede amar y, sobre todo, conservar lo que no conoce, lo que ignora. He ahí el detalle
Entonces, formuladas las dos premisas, reitero la pregunta:
¿Usted conoce Markahuamachuco?