Querida Pochita, hace unas horas leí tu artículo. Como huamachuquina respetable y periodista en actos preparatorios formulas una serie de legítimas interrogantes respecto de la labor que cumple la UE 115 desde su creación.
Me había comprometido contigo en atender tus preocupaciones, y créeme que lo primero que quise hacer es correr traslado de tus preguntas a los responsables de las áreas que tu párvula inquietud involucra; otros temas los dejaría para mi diente, acostumbrado a morder carne magra.
Sin embargo, visto bien el contenido, me temo que solo responderé en la medida –difícil de alcanzar, por cierto– que tenga la absoluta convicción que tu loable esfuerzo no es en realidad un apéndice más de esa labor de alcantarilla que, para variar, cumple aquella ´autoridad regional´ a quien tratas con un respeto digno de mejor personaje.
Sin embargo, visto bien el contenido, me temo que solo responderé en la medida –difícil de alcanzar, por cierto– que tenga la absoluta convicción que tu loable esfuerzo no es en realidad un apéndice más de esa labor de alcantarilla que, para variar, cumple aquella ´autoridad regional´ a quien tratas con un respeto digno de mejor personaje.
Y si esta leve sospecha te ofende, cosa que no es mi intención, sí podría ocurrir que tu sano proceder y tu heroico afán por emular la prosa de Alma Guillermoprieto terminen instrumentalizados y canibalizados por la jauría de siempre. Jauría que lidera, como se sabe, precisamente la ´autoridad regional´ (¿es su alias?), seguida de su primer secuaz, el inimputable dueño del único ´hocico telúrico´ de esta tierra, que solo se abre para hablar disparates.. y como furgón de cola los tontos útiles de siempre. Que por ventura no pasan de un par de necios.
¿Raza de víboras o simplemente de perdedores?
Dicho esto, seguiré pensando en la conveniencia de responderte; cosa que, de hacerlo, será básicamente por el respeto y consideración que tengo por ti. En cualquier caso, quizá necesite algo de tiempo y paciencia de tu parte, pues debo atender asuntos diversos que, sin ser necesariamente más importantes que tu cuestionario de preguntas, sí son absolutamente prioritarios, como por ejemplo gestionar la pronta viabilidad de nuestro tercer (y penúltimo) proyecto del año, culminar una transferencia ordenada al novísimo Ministerio de Cultura, preparar la llegada del equipo de arqueólogos y conservadores de primer nivel que trabajarán en la ejecución de nuestros proyectos el año que viene, y un largo etcétera que sería innecesario enumerar en estas líneas.
Por mi parte, comprenderás que no pienso prestarme a juegos inútiles que solo sirven para dañar la institucionalidad, acicatear ánimos en la población y por si fuera poco enturbiar el entorno amical. Estoy en condiciones de afirmar, por ejemplo, que nuestro común amigo, Ángel Polo, jamás ha recibido propuesta alguna para integrar una suerte de terna que me movería del cargo que me honro ocupar.
Una mentira más de ese bucanero con ropaje de político que tú, querida amiga, transformas en verdad con pasión casi uterina.
Dice un viejo proverbio que oír hablar bien de nosotros constituye un segundo patrimonio. Modestia aparte, ese patrimonio hace rato que lo tengo bien ganado, aquí especialmente.
Pregúntale a esos otros si pueden decir lo mismo. Son pura boñiga.
Te abraza,
¿Raza de víboras o simplemente de perdedores?
Dicho esto, seguiré pensando en la conveniencia de responderte; cosa que, de hacerlo, será básicamente por el respeto y consideración que tengo por ti. En cualquier caso, quizá necesite algo de tiempo y paciencia de tu parte, pues debo atender asuntos diversos que, sin ser necesariamente más importantes que tu cuestionario de preguntas, sí son absolutamente prioritarios, como por ejemplo gestionar la pronta viabilidad de nuestro tercer (y penúltimo) proyecto del año, culminar una transferencia ordenada al novísimo Ministerio de Cultura, preparar la llegada del equipo de arqueólogos y conservadores de primer nivel que trabajarán en la ejecución de nuestros proyectos el año que viene, y un largo etcétera que sería innecesario enumerar en estas líneas.
Por mi parte, comprenderás que no pienso prestarme a juegos inútiles que solo sirven para dañar la institucionalidad, acicatear ánimos en la población y por si fuera poco enturbiar el entorno amical. Estoy en condiciones de afirmar, por ejemplo, que nuestro común amigo, Ángel Polo, jamás ha recibido propuesta alguna para integrar una suerte de terna que me movería del cargo que me honro ocupar.
Una mentira más de ese bucanero con ropaje de político que tú, querida amiga, transformas en verdad con pasión casi uterina.
Dice un viejo proverbio que oír hablar bien de nosotros constituye un segundo patrimonio. Modestia aparte, ese patrimonio hace rato que lo tengo bien ganado, aquí especialmente.
Pregúntale a esos otros si pueden decir lo mismo. Son pura boñiga.
Te abraza,
Guillermo